El feriado de semana santa es uno de los más largos y esperados de los guatemaltecos. Estos días se convierten en un gran respiro para todos. Dejamos por un breve tiempo el trabajo cotidiano, y le dedicamos un poquito de más tiempo a la diversión y a los pasatiempos. Ojalá estos días nos hayan servido para descansar, y al mismo tiempo, para reflexionar sobre nuestra propia vida y la vida cotidiana de este país.
Luego de haber acompañado a Jesús en su pasión y muerte, ahora lo acompañamos en su resurrección. Resucitar con Cristo significa asumir una nueva mentalidad y una nueva actitud ante la vida. Razones para estar tristes, molestos y negativos, posiblemente hay muchas; pero Jesús ha resucitado, ha vencido la muerte, la muerte ya no tiene poder sobre Él.
La mayoría de políticos guatemaltecos son cristianos, es decir, creen en Cristo. Sería extraordinario, que mataran todos sus vicios corruptos y mediocres, y resucitaran la verdad, la integridad y la paz para Guatemala. Pero parece que estos sinvergüenzas, en vez de hacer cambios, aprovechan que todos los guatemaltecos están en sus lugares de origen y en centros turísticos, para transar y maquinar más marufias en sus puestos.
Por lo tanto, los guatemaltecos, tenemos que estar despiertos. Ya los conocemos, y no descansan en sus intentos por adueñarse de más tajadas en las diferentes instituciones del Estado. No sé si sea el sentir de todos, pero a mí, el actuar del TSE, el MP, las Cortes y los Organismos del Estado me parecen instituciones hipócritas y falsas. No les creo nada.
Pero no sólo los políticos necesitan resucitar valores. Esta resurrección axiológica es urgente y necesaria en las empresas, en los negocios pequeños y grandes, en las instituciones educativas, en las familias, en las iglesias, en las parroquias y en los grupos que la forman. A veces, una mentalidad mediocre se convierte en la mejor asesina de valores morales y cristianos. Tristemente la gente falsa no sólo está en la política. La gente falsa está también dentro de la iglesia.
Académicamente hablando, muchos estudiantes están muertos. Llegan a clases a dormir, no hacen tareas, y si las hacen, las copian del internet y las entregan como propias. Estos estudiantes mediocres, necesitan resucitar, porque camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Estos estudiantes mediocres necesitan resucitar el valor de la responsabilidad y la perseverancia en sus estudios. Y lo peor es que los más mediocres, son los que más se molestan por no tener una buena zona.
En términos generales, todos y todas necesitamos resucitar el amor a nuestra profesión y vocación. Hay que resucitar el amor y las ganas por vivir. Podemos tener muchos problemas, pero no podemos permitir que estas tormentas existencias nos hundan hasta perderle el sentido a la vida. No es fácil resucitar el ánimo cuando nos enteramos de la persona que nos puso de cabeza. No es fácil resucitar las ganas de vivir, cuando hemos perdió a un ser querido. No es fácil resucitar a la vida cunado nos enteramos de la presencia de una enfermedad grave. Pero si Jesús no se bajó de la cruz, nosotros tampoco debemos renunciar a la cruz. Nunca olvidemos que la pasión y la cruz son necesarias para resucitar. Sin pasión y sin cruz no hay resurrección. Lo más fácil ante las adversidades es renunciar y salir corriendo. Pero tenemos que ser fuertes y estar seguros de que tarde o temprano las tormentas desaparecerán, y la luz del sol se asomará en alguna esquina de la casa.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.