Según información de prensa, hacia finales de la penúltima semana del pasado mes de agosto, en palacio municipal, se reunieron los equipos del presente y próximo Concejo Municipal en un acercamiento entre las partes. En dicha reunión se atribuye, tanto al próximo alcalde, como al síndico primero de su equipo, la coincidente declaración de que ellos, llegarán A APRENDER a la municipalidad; otro concejal, según la misma información, dijo, desmintiendo al alcalde electo y su síndico, que el equipo que integra el próximo concejo, son personas preparadas, en y para el desempeño del cargo que les corresponda. En el caso de futuro alcalde y su concejal primero, hay que reconocer “la humildad” de reconocer que llegan con escasa o ninguna experiencia; en cuanto al otro que anticipa la suficiencia, dicho con todo respeto, es una mentira (ojalá sea primera y última) y arrogancia per sé, por anticipado porque, la preparación, se demuestra, no se presume cómo es de esperar suceda; un auto elogio anticipado, es una broma de mal gusto pues está anunciando lo que, en su momento, habrá de demostrarse: la modestia vale más, que la presunción de lo que habrá de demostrarse más adelante.
Que se sepa, ninguno de los que integran el próximo Concejo Municipal, desde el alcalde hasta los suplentes, tienen experiencia probada en materia de administración pública y, particularmente, de administración municipal. Esto no es ninguna novedad ni excepcional: sucede lo mismo en la mayoría de los cargos de elección popular, lo que explica las limitaciones en el encargo para el que han sido electos y ya en el ejercicio del poder. Ahora bien, en referencia a de que se llega a aprender, primero, implica que carecen de experiencia, responsabilidades y otros requerimientos en el trabajo que habrán de desempeñar; reconocerlo, es digno de reconocimiento, pero, lo preocupante, en casos como tales, es que para aprender bien y conforme a lo deseable aprender bien, se necesita que los maestros garanticen esa legítima aspiración de superación personal; desafortunadamente, en este caso, lo que pueden asimilar de los supuestos “maestros”, es poco pues el acervo y compromiso en y por Quetzaltenango (de sus antecesores),se ve reflejado en lo poco que dejan de lo tanto que la población esperaba.
Siempre he sostenido que ser ignorante, no es pecado; que el pecado, es no reconocerlo y el pecado mayor, es no esforzarse para superarlo y superarse. Otro pecado igualmente importante, es presumir por anticipado: el nuevo Concejo habrá de demostrar, primero, que tratará de cumplir los ofrecimientos que el nuevo alcalde, hizo en la campaña electoral; tienen que pensar que, tanto a nivel nacional como de todos municipios de Guatemala, por el incumplimiento de la oferta electoral y tantos etcéteras negativos que se podrían mencionar desde la presidencia de la República, pasando por los diputados al congreso y demás cargos de elección popular, ha hecho de la población, una ciudadanía desconfiada; desconfianza que solo se puede enfrentar, demostrando que también se puede gobernar –a nivel presidencial, legislativo y municipal-, con honradez y transparencia. Así pues, los nuevos funcionarios deberán tener presente ver con claridad, que fueron electos para servir al pueblo y no para servirse de él o representar intereses ajenos a los intereses de la sociedad; por, sobre todo, que son depositarios, y no dueños del poder, representación y autoridad que el pueblo les ha conferido.
Todo principio, cuesta; nada es fácil, principalmente, en una tarea como la que los electores le han encomendado a la nueva administración municipal. Deben recordar que si bien, ganaron por mayoría de votos, si comparamos los votos obtenidos por el partido y candidato triunfador con el total de votos emitidos y si también, comparamos el número de votos del ganador, con el total del padrón electoral, la legitimación del triunfo, se ve considerablemente reducida o sea, si, en el segundo caso, la comparación es con el padrón electoral no llega al 15%, o sea: no más del l5% de registrados en el padrón electoral, eligió al ganador, circunstancia que obliga a un más, al cumplimiento del compromiso adquirido frente a Quetzaltenango: cumplirle y no defraudarlo como ha sucedido con las últimas administraciones. El pueblo habrá de ser vigilante: reconocerlo o demandarlo, según el caso.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com