PUNTUAL
Esta vida me ha dado la oportunidad de ser maestro, desde un año que impartí clases en segundo primaria, hasta uno de sexto grado, y luego en la universidad. Realmente enseñar más que un privilegio es un bendición, porque podemos sembrar algo en las vidas o pasar inadvertido.
Ser maestro es un reto en estos tiempos, porque la vida cambió y ahora la educación no es la de antes, ni peor ni mejor, pero se transformó. Se abrió a cosas positivas y negativas, pero lo que sigue siendo igual y funcional es enfocarse en enseñar.
El próximo sábado La Voz de Xela entregará homenajes y premios a los maestros que el público postule y que sean los más votados por su historia. En este enlace se puede participar: https://bit.ly/3QAASyh
Oportunidad para decir gracias a los maestros y motivarlos a no bajar la guardia ni desanimarse ante un nuevo sistema que demanda adaptabilidad e inmediatez. La vida es más vertiginosa, la educación también debe serlo.
Hay dos tipos de maestros que nunca olvidamos, los que nos marcan con su ejemplo y proyección real, porque se convierten en modelos a seguir; y los que solo los recordamos por alguna anécdota buena o mala.
Recuerdo a mi profesor de Artes Industriales, un alcohólico anónimo, que un día entró a la clase y dijo que, por “decreto” personal, todos habíamos ganado el curso, pero con 60 puntos, y quien quería un punto más, cada uno costaba Q1. Estaban los que en el instante ya tenían un 100 y los que sacrificamos la refa de la semana para llegar a por lo menos 80.
La vida está hecha de anécdotas, pero más que eso, está hecha de resultados: búscalos y alcánzalos.
Desde ya, ¡Feliz Día del Maestro!
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.