PUNTUAL
Esta es la parte dos de este relato personal. Luego viajamos de Múnich, Alemania, en un vuelo que dura menos de dos horas, hacia París, Francia. El clima es muy parecido al de Xela, bien abrigados y ese par de grados menos ni se sienten.
Es una ciudad para viajar en tren, porque al hospedarse en el centro, todos los sitios están muy cerca, a 30 minutos en promedio.
París es prácticamente un museo al aire libre, hay tanta historia y cultura por los cuatro lados. Hay instantes que jamás puede uno borrar de la mente y uno de esos es cuando, con Marleny, salimos del tren subterráneo y unos pasos adelante, a la vuelta, estaba aquello que solo en películas y fotos habíamos visto: la imponente Torre Eiffel. Impresionante subirlo al atardecer para ver la caída del sol y cuando entra la noche se ilumina. Nos tomamos fotos y videos, pero lo más importante cuando uno visita un lugar es lo que guarda en el disco duro de la mente y las emociones.
Luego había que ir a encontrarnos con la mirada de la Monna Lisa, el retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, también conocida como La Gioconda, en el Museo del Louvre, el más importante de Francia y uno de los más visitados del mundo. Dicen que para conocer todo el recinto serían, por lo menos, tres días, así que nuestras tres horas fue para el encuentro con la obra no terminada, pero más conocida de Leonardo da Vinci. Dice la historia que no está terminada porque el paisaje solo está definido de un lado del retrato, donde se ve un camino y que del lado derecho no se define. Así que no importa si tu obra, lo que sea en tu vida personal, no está terminada, porque puede ser que, aun así, pase a la inmortalidad.
La pintura más impresionante está enfrente de la Monna Lisa, el pasaje bíblico, Las bodas de Caná, del pintor italiano Paolo Veronese, que mide 6.69 x 9.90 metros, que se necesita ver y apreciar con los ojos del alma.
Visitamos los sitios más emblemáticos, pero por recomendación de un maestro, el más concurrido no es uno de los dos mencionados anteriormente, ni el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, el Moulin Rouge con sus bailes sensuales o el Montmartre, el barrio más encantador y bohemio, sino que es el paseo en barco por el río Sena, una experiencia que nos sitúa frente a toda la ciudad de París.
Luego vendrá el relato de Roma y Venecia para el cierre de este viaje.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.