El día miércoles nueve de noviembre se marca en la historia guatemalteca, como uno de los días más tristes y nefastos. Los partidos de Derecha, si se les puede llamar así, porque les va mejor el nombre de “saqueadores”, aprobaron el presupuesto de ingresos y egresos de la nación. Ante la proximidad de las elecciones en 2023, urge disponer de los millones para la compra de voluntades. Por ello, y solo por ello, el gobierno, y sus partidos aleados, podrá disponer de Q115 millardos 443 millones 737 mil.
Los diputados (114) de los partidos Vamos, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Todos, Frente de Convergencia Nacional (FCN), Unión del Cambio Nacional (UCN), Unionista, Visión con Valores (VIVA), Podemos, Humanista, Creo, y algunos disidentes de las bancas Valor, Bien y Semilla, se frotan las manos, por los montos que manejaran en plena campaña electoral.
Habrá dinero suficiente para las laminas, azadones, bolsas de alimentos, playeras, gorras, cenas, música, edecanes y guaro. Todos estos partidos, citados anteriormente, tendrán su porción del pastel. Para recoger los dulces de la piñata, muchos de ellos, van a revolcarse, si es necesario, entre excrementos, lo harán, pues la suma de dinero no es despreciable.
Si usted se pregunta, ¿por qué se unen?, sencillo, son lo mismo, solo validan el sistema, utilizando banderas y colores distintos. No hay diferencia entre Vamos y UCN, como tampoco la hay con VIVA o Creo, y PAN, son la misma porquería, guardada en diferente empaque.
Analizar el presupuesto desde una perspectiva ciudadana nos incitaría a preguntar, sobre los indicadores de desempeño, más evidentes, cómo lo son: Pobreza, pobreza extrema, desnutrición infantil, empleo, alfabetismo, seguridad ciudadana, mortalidad materno infantil, o bien, kilómetros a construir en carreteras, hospitales, escuelas; entre otros. Aunque lo digan, es mentira que se afrontará la situación difícil que viven los millones de guatemaltecos. Desde Xelajú, podríamos preguntar, cuántas escuelas o institutos tecnológicos se van a construir en el 2023, y la respuesta es cero. O bien la cobertura en salud.
Actualmente Quetzaltenango, departamento, cuenta con 724 escuelas de preprimaria, 630 de primaria, 171 de Básicos y 51 de diversificado. Esto explica la migración de jóvenes. El Estado es incapaz de garantizar educación básica y de diversificado. Solamente 5 de cada 10 jóvenes tienen acceso a educación básica, y apenas 2 de 10, pueden estudiar en el diversificado, y quizás soló uno, de esos dos, logra finalizar una carrera de nivel medio. Esto se pone peor, en virtud que no hay fuentes de empleo formal, y acceso a la Universidad pública menos, pues esta cooptada.
Salud, ni decir. El Hospital Regional de Quetzaltenango se construyo en los años ochenta, y se inauguró en los noventa, cuando el departamento, tenia la mitad de la población que hoy vive en él.
Pero el mal es nacional. El presupuesto no incluye construir hospitales o escuelas en ningún territorio del país, una que otra, que llevara el nombre de la esposa del presidente, perdón esposo.
Sin embargo, utilizando el método del espejito, que fue muy efectivo durante la invasión de nuestros territorios, ahora ofrecen pasos a desnivel, como si todos tuvieran acceso a un vehículo, se olvidan que el 80% de la población no llega ni ha bicicleta. Estas mega obras ofrecidas por el gobierno central y local, solo van encaminadas a conseguir votos, jamás se enfocan en el desarrollo integral de la población.
En el año 2013, el presupuesto aprobado ascendió a Q66 millardos, 985 mil 437 mil. Para el 2023 esta cerca de duplicarse. Estos recursos debieran cumplir una función fundamental, mejorar los indicadores sociales. Aunque las estadísticas oficiales no existen, y las pocas, no son fiables, lo que sí es seguro, es qué la mitad de la población, 5 de cada 10 estaban en condición de pobreza en 2013, hoy son 7 de cada 10. ¿Para quién entonces se destinan los recursos del presupuesto? Bastara preguntar a los grandes empresarios, dueños de bancos, ingenios, fincas de café, fabricas de cemento, el incremento de su riqueza, en el mismo rango de tiempo, la respuesta segura será, que se ha duplicado.
Con estos datos, yo le pregunto estimado lector, ¿esta usted dispuesto a continuar regalando sus impuestos, producto de su trabajo a los políticos de lo partidos citados arriba o piensa confiar en una nueva propuesta de gobierno?
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.