La puntualidad está definida como la virtud que posee una persona para coordinarse cronológicamente y cumplir una tarea requerida, más que esta definición es para mí un valor que pocas personas poseen y que las convierte en individuos confiables.
Por lo general, una persona que es impuntual siempre tiene una justificación o excusa que provoca falta de credibilidad en su accionar. La puntualidad es también la manifestación de respeto, educación y cortesía. Llegar a tiempo a una cita denota un grado de importancia y consideración hacia otros, ya que seguramente nos han asignado un espacio.
Lamentablemente, nuestra cultura ha sido catalogada como una de las culturas carentes de esta virtud o cualidad. No es fácil volvernos puntuales de la noche a la mañana, requiere voluntad, disciplina, determinación, compromiso y responsabilidad. Lo curioso es que todo esto está a nuestro alcance. Con cambio de mentalidad, voluntad y un ajuste en nuestra vida, se logrará.
¡La puntualidad nos hace bien!