Últimamente en el mundo del futbol se habla mucho de las formativas, del trabajo con menores y de la importancia de estos para los clubes, y sobre todo, para los futbolistas. ¿Por qué? Acá se los explico:
La importancia de la formación en el futbol va más allá de enseñar a recepcionar una pelota, a perfilarse o a patear correctamente el balón.
La formación en el futbol inicia desde lo integral, enseñándole al niño o joven: disciplina, responsabilidad, reglas, ética y moral, porque antes que futbolistas, son personas y lo serán siempre.
No se puede tratar a un niño o joven (en el rango de 5 a 15 años) igual que a un adulto en el ámbito deportivo. No se puede exigir lo mismo, tampoco se puede trabajar igual. Bien es sabido que el desarrollo de niños a preadolescentes conlleva una transición muy compleja, que nada tiene que ver con jugar bien al futbol. Va ligado a la esencia de formarse para la vida, de ser buen ser humano y tener valores para lo que viene, porque, como lo mencioné, la formación en esas edades es integral y no solo futbolística.
A partir de los 15 años ya se incorporan trabajos más parecidos a un jugador profesional, incrementando la exigencia y responsabilidad dentro y fuera del campo. Por eso es fundamental tener buenas bases en su formación, para seguir en el proceso correspondiente a las etapas previas a llegar a la mayoría de edad y el ansiado debut.
Son muchos los sacrificios que el joven tiene que hacer en su etapa de adolescente en el fútbol: sacrifica tiempo con familia y amigos, fiestas, vacaciones y muchas cosas más. Al final los sacrificios corresponden a la diferencia de llegar a ser profesional o no lograrlo. Y para eso es la formación integral.
La familia y el hogar son la base primordial de esa enseñanza y la guía por naturaleza, pero es sabido qué hay entornos y familias que no tienen esa estabilidad o son disfuncionales. Entonces allí es donde el futbol y la formación bien ejecutada enseñan al niño o joven algo más que patear una pelota.
En base a conceptos integrales se construyen cimientos que le ayudará a ser buen profesional en el fútbol (si tiene las condiciones), pero sobre todo, lo encamina para su vida personal, porque recordemos que antes que futbolista es un ser humano.
Ser formadores en el futbol no es para cualquiera, porque aparte de docencia, conceptos, teoría y estudios, hay que tener una experiencia de vida que de la solidez y respaldo de hacerlo bien. Más allá de enseñar, es ser ejemplo.
Hay muchos jóvenes que logran llegar a debutar o jugar profesionalmente, por condiciones naturales, pero no se consolidan por falta de formación integral; también hay jóvenes que no tienen un talento natural, pero gracias al trabajo deportivo y la formación logran ser profesionales y por último están los casos de jugadores que logran llegar, se consolidan, pero al retirarse del fútbol, no saben qué hacer con su vida y esto en gran parte se da porque no tuvieron bases sólidas en su formación.
Pensar que el futbol es solo patear una pelota y tener habilidad con los pies, es no entender nada de este deporte, porque de nada sirve ser un futbolista si antes no se es una buena persona.
El futbol puede ayudar en muchas cosas, como cualquier deporte, pero tiene que haber una guía en el proceso, porque todo lo empírico tiene más probabilidades de fracaso, que de éxito, por eso, es fundamental invertir y priorizar el trabajo en las formativas, porque ese es el futuro, no solo del futbol, sino de una parte de la sociedad.
Las cosas como son…