Tengo un origen humilde, cuando tenía cinco años resulto que nos atacó la guerrilla queriendo matar a mi padre que aún sigue vivo y ha sido un gran ejemplo para Guatemala. Trabaje para pagar mis estudios universitarios para ser alguien, para tener una mejor vida y hoy a mis 47 años confirmo que de nada sirve tanto sacrificio. Ahora trabajo para pagar cuentas, impuestos y para sobrevivir. En este país si uno trabaja honradamente nunca pasa de zope a gavilán, pero igual que muchos caminamos con la frente en alto.
Existen dolores que no se pueden describir, ni descifrar o nombrar, no hay eufemismos para catalogar o sustitutos de nuestra tristeza. La partida puede ser la ruptura del mundo y de su orden lógico. No sólo es tremendo el dolor, sino la desorientación, la confusión y la grieta del suelo se expande hasta tragarnos. La muerte es una paradoja altamente punzante que sirve como punto de partida para un proceso de redescubrimiento del sentido de la vida. Entonces no, nos merecemos algo perfecto, sino algo leal. Tratemos de conseguir a un entrenador, un terapeuta, un encuentro de apoyo grupal, leer un libro o alguna cosa.
La dura verdad es que las relaciones, como nuestra vida no van a mejorar hasta que hagamos algo al respecto. Cancelemos la fiesta de la autocompasión. Cerremos esa fábrica de excusas, pretextos y acabemos con el echador de culpas. ¡Es hora de sanar! A los que tenemos que aprender a encauzar estos sentimientos y darnos una salida edificante y constructiva. Quiero que sepas que es justo, es válido sentir ira, rabia, frustración, pesimismo, tristeza y hasta culpa. Es justo no saber que decidir, ni como convivir, ni cómo salir de esto. El dolor, después de todo, es la respuesta natural y normal a la pérdida. Irónicamente, todos unos días tenemos que aprender a lidiar con la continua presencia de la ausencia. El duelo no tiene un cronograma ni calendario, pero en cada uno de esos días, no andaremos solo. Así que démonos permiso de sentir lo que queramos.
De sentir enojo y frustración, porque todos aquí somos iguales de vulnerables, indefensos y desorientados. Pero juntos como hermanos, podemos ayudarnos a sobrellevar esto. Para todos los que hemos perdido a un ser querido en la inoportuna muerte. Este mensaje no es para pretender que nada ha pasado o ignorar las emociones, y posiblemente en este momento ni puedas, ni quieras. No hay atajos en el proceso del dolor y la única manera de enfrentarlo es pasar sobre de él. Se que su ausencia es la única presencia que tenemos. Si algo bien hicimos, fue ganar el derecho a llorar y aquí estamos dispuesto para acompañarte en tu duelo, aunque sea con estas sencillas palabras.
No creo que a la gente le vaya mejor o mejore solamente por tener un buen sueldo o porque están en una relación ¿Y en cuanto a que yo “merezco algo mejor”; pero mucho no saben ¿qué es una vida mejor? El perfeccionismo es una programación errónea que aprendimos desde bien chiquitos y desde entonces es muy probable que no nos deja vivir.
La proposición inversa a la sabiduría de Maya Angelou es: «Si no sabes nada mejor, no puedes hacerlo mejor». Tendrías que preguntarte día a día “¿Como puedo mejorar esto?”. Empieza ya con lo que tienes, no necesitas saberlo todo, no necesitas 10 de papeles que te certifiquen. Esta declaración es la razón por la que decidí convertirme en educador, entrenador y mentor hace muchos años, y por la que ahora sigo aprendiendo el ser escritor. Nada llega solo a sus metas mucho menos al éxito. Todos necesitamos la ayuda de alguien o de muchas personas.
Felices fiestas a muchos nos quedan pocos días para que se acabe el año, a veces el mundo cree que vivimos enojado cuando en realidad sólo amanecemos cansado de lidiar con pendej@s , aquellos que nos lastiman o situaciones fuera de nuestro alcance y renunciamos; después todo está bien. Gracias por darnos la oportunidad de tratar de cambiar el mundo.