PUNTUAL
Anoche se vivió algo sin antecedentes recientes en La Esperanza, Quetzaltenango, el hecho de que un grupo de mujeres saliera a las calles a exigir justicia.
Las mujeres han sido vulnerables, pero si se unen, son una fuerza que puede lograr cambios significativos.
Sobre la violencia hay mucho que exponer, pero quiero enfocarme solo en el punto de la impunidad. Porque los casos no se esclarecen es que sigue habiendo tanta violencia y porque tampoco hay justicia.
Cuando haya una exhaustiva investigación en cada caso se podría ver un avance y luego, cuando se encuentre la verdad debe haber justicia pronto y severa.
El cuerpo sin vida de Dulce María fue encontrado en un barranco de La Esperanza, quien días antes había desaparecido y a pesar de haberse activado las alertas.
La solidaridad expresada anoche por las mujeres de La Esperanza debe provocar en las autoridades un escrutinio respecto a sus responsabilidades y búsqueda de la verdad.
Esta protesta pacífica que es la voz de todas ellas no debe quedar solo como un pronunciamiento, sino que debe despertar una sensibilidad respeto a un problema social y arraigado como la violencia. Y que la solución está en la búsqueda de la verdad y la aplicación de la justicia en contra de los victimarios.
A la sociedad como está actualmente difícilmente se le va a cambiar, tanto con sus patrones de conducta, como con sus estereotipos, por ello, lo que corresponde es hacer justicia. Pero, la esperanza está en las nuevas generaciones, educadas acorde al respeto, a la equidad y valoración de las mujeres.
Dulce María es un caso en las cifras, pero puede ser un ejemplo de lucha por la verdad. Y la verdad no está lejos, solo es de buscarla bien en los alrededores y hasta con los cercanos. ¿Qué pasó en los días anteriores a su desaparición y cuáles podrían ser las causas del lamentable desenlace?
El Ministerio Público en estos casos debe dar una conclusión pública, porque amparándose muchas veces en la reserva de los casos, no dicen nada y luego se olvida y los casos pasan a ser estadísticas.
¡Justicia para Dulce María y todas las demás víctimas!
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.