Lo que acaba de pasar con el guardameta mexicano Miguel Fraga en Xelajú MC tiene varios responsables y definitivamente ninguno se salva de ser increpado al respecto.
El primer error es de la directiva por contratar jugadores “estelares” y no hacer exámenes médicos apropiados (resonancias) para saber el estado físico y de salud de los futbolistas, sobre todo cuando son extranjeros y no se les tiene un seguimiento de su regularidad, su historial o nivel futbolístico actual.
El segundo error es la falta de ética y moral del jugador para venir con una lesión crónica y grave en la columna, porque esas lesiones no aparecen de la noche a la mañana, lo digo por experiencia.
Pero lo más preocupante no es lo qué pasó, sino que Fraga se ganó a la mayoría de la afición de una manera sencilla en redes sociales y medios, sin haber jugado ni un solo minuto con Xelajú MC y eso definitivamente es el reflejo de la desesperación y sequía de referentes e ídolos en el equipo superchivo desde hace varios años ya.
Pienso que el futbolista se tiene que ganar el respeto, admiración y apoyo de la afición en la cancha, jugando y siendo profesional, representando los colores con sacrificio y compromiso, no haciendo videos o creando una imagen ficticia en las redes.
Vivimos en una época donde todo es visual y globalizado, todo está en la web y si no está, pareciera que no existiera.
Lo vivido con Fraga en menos de un mes es un parteaguas en la percepción de afición y jugadores, porque los aficionados no tienen que idolatrar tan fácil a un jugador por su buena imagen social, hay que exigir muchos más que eso. También los jugadores se dan cuenta que pueden tener ventaja si tienen un buen marketing personal.
En el futbol hay muchas frases, y una de ellas es: vender humo… eso siempre existió y existirá, lo preocupante es que ahora se compra más fácil y se indaga menos al respecto.
Puede que mi percepción sea retrógrada, incluso, pero pienso que los ídolos se construyen poco a poco en la cancha y no en redes sociales y medios.
Menos ruido, menos humo y más trabajo y resultados EN CANCHA…
Las cosas como son.