Finalizo el año, dejo muerte, dolor, sufrimiento, hambre, pobreza, desempleo para el 80% de la población, el 19% mejoro sus ingresos, o tuvo pequeños efectos, el 1%, los multimillonarios, dueños de las empresas transnacionales, se hicieron mucho más ricos. Como sea, para los que sobrevivimos el ataque bacteriológico de los poderosos es un momento de mucha alegría y felicidad, aun con tristeza queda la esperanza de un 2021 mejor, aunque yo no me confió.
El 2020 fue un año para reflexionar, aprender, pero sobre todo dudar. Si usted no tiene dudas hoy, preguntas, cuestionamientos, incertidumbre, entonces no aprendió nada. Pero al mismo tiempo podemos recabar algunas conclusiones a nivel mundial y local.
A nivel mundial hoy, sin temor a equivocarnos podemos concluir que el virus COVID 19 fue creado en un laboratorio, por las compañías transnacionales, con el objetivo de disminuir la población mundial, sobre todo la de edad avanzada o la que tiene padecimientos. Las ganancias de miles, miles y miles de millones de dólares hicieron que se incrementara el capital de los dueños del mundo, unas pocas personas, no pasan de diez, quienes deciden el destino de la humanidad, La vacuna generará esas enormes utilidades. Ante el fracaso de la primera sepa del virus, ya viene la segunda, para causar más muerte. El sistema económico mundial basado en la acumulación de riqueza garantiza la supervivencia de los ricos y la destrucción del 99% de la población restante, por lo que este modelo debe cambiar de manera urgente.
La pandemia desnudo lo inhumano que puede ser el hombre y su paso devastador en la tierra, pero también demostró que la “política del miedo” es efectiva para el control de las masas. Los movimientos sociales reivindicadores a nivel mundial se detuvieron con el virus, aunque es temporal, le permitió a la clase dominante y sus aliados buscar alternativas antes de perder el control.
En el caso guatemalteco se evidencio el fraude democrático en el que hemos vivido durante la era, supuestamente democrática, se revelaron los grupos de españoles, italianos, alemanes, entre otros, urgidos de mantener el status quo, explotar a costa de lo que sea las riquezas del territorio guatemalteco, comprando voluntades, matando a quien se interponga.
El presidente Giammattei, su equipo de trabajo, ministros, vice ministros, secretarios, generales, capitanes, jueces, magistrados, diputados y otros aliados, fueron exitosos. Miles de millones de quetzales desaparecieron de las arcas del gobierno, sin que nadie sepa nada, al estilo de Harry Potter, por arte de magia. La duda que deja el año viejo es ¿Dónde está el dinero?
La mejor enseñanza del año que se fue, es que unidos todos los sectores, ese 99%, debemos iniciar la construcción de un nuevo Estado, uno en el que estemos representados todos, con objetivos para la mayoría, reconociendo la multiculturalidad del país, su diversidad, pero sobre todo la cultura milenaria viva en cada metro del territorio nacional.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.