Este fin de octubre e inicios de noviembre, muchos guatemaltecos volvemos a revivir el dolor y la tristeza por las pérdidas humanas que hemos tenido en nuestra vida. El sufrimiento y el dolor están a flor de piel para quienes la realidad de la muerte nos ha tocado de cerca.
Y se vale experimentar este tipo de emociones muy humanas. Si tiene que llorar, llore; llore por esos seres queridos que ya no están con usted. Una manera de tenerlos vivos en nuestras familias es hacer lo que ellos hacían para estos días, y vivir este 1 y 2 de noviembre de la mejor manera posible.
Lo que no se vale es pasarnos deprimidos y llorando todo el tiempo, y dejar de celebrar la vida con las tradiciones propias de esta época. Lo que quiero decir es que, tenemos que soltar y dejar ir a esos seres queridos, para que de verdad descansen en paz. Tome conciencia sobre esta realidad. Poco a poco vaya integrando esas ausencias en su vida, de tal manera que aprenda a disfrutar esta vida y a ser feliz, a pesar del sufrimiento que le cause esa ausencia.
La muerte es una realidad humana. Y todos vamos a experimentarla. Pero mientras ese momento llega, disfrute lo que hace y las tradiciones propias de nuestro país. ¡Celebre la vida! El delicioso fiambre es un buen motivo para pasarla bien. Puede ir a visitar las tumbas de sus seres queridos, llevarles flores o alguna otra cosa, según sus costumbres. Y si quiere derramar lágrimas, hágalo. Pero luego, dígase: “yo estoy vivo, y tengo muchas razones para seguir viviendo”. Esas razones para vivir son esos seres queridos vivos que le esperan en su casa: sus hijos, sus hijas, su esposo, esposa, una hermana, un hermano o bien esos amigos que siempre están a su lado en los buenos y malos momentos.
Además de degustar un buen plato de fiambre, acuda a la oración para comunicarse con Dios, porque solo en Él encontrará la verdadera paz. El 1 de noviembre se celebra la Solemnidad de Todos los Santos. Es una ocasión para invocar la intercesión de todos los santos, para que sus seres queridos descansen en paz y para que nosotros no nos compliquemos la vida más de la cuenta. Es un día para recordar a esas personas, cuya vida ejemplar, les permite estar entre los santos de Dios.
El 2 de noviembre se celebra la conmemoración de todos los Fieles Difuntos. Recordamos que físicamente ya no están con nosotros, pero que su alma vive en la eternidad con Dios y que un día resucitarán con Cristo. La vida no se acaba, sino que se transforma. Es una memoria para pedir por nuestros hermanos difuntos, para que gocen de la luz y de la vida verdadera en Dios.
Entonces, si por alguna razón la “depre” le visita, no la reciba. Combata esa depresión con la oración, con una actitud positiva ante la vida y con una buena dosis de fe y autoestima. Recuerde que la “muerte” es lo mejor que le puede pasar a un ser humano, porque vivimos para morir. Y de hecho morimos no porque estemos viejos o enfermos, sino porque estamos vivos.
Disfrute su vida, valore la vida, celebre la vida, goce la vida. La vida humana es corta, por lo que no vale la pena seguir cargando el montón de problemas de ayer. Con lo que pasó ayer, no se puede hacer nada. Pero hoy, sí. Hoy sí puede elegir ser feliz y pasársela bien, aceptando con tranquilidad las pérdidas que sufrió hace algún tiempo. Dios sea su fortaleza.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.