Para la conservación de la riqueza natural la fórmula es un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales, como señala la ONU”.
Esta semana, de nuevo una conmemoración hace poner atención al cuidado del ambiente, el uso de los recursos naturales y la relación del ser humano con el entorno.
En varias regiones del planeta, sobre todo en culturas originarias de los países, la simbiosis entre todos los seres vivientes con el hombre es considerada un vínculo tan íntimo, que reviste de actos incluso considerados religiosos. Partiendo de esa base es que la Organización de las Naciones Unidas decidió utilizar la expresión “Madre Tierra” en la denominación del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra.
Guatemala es un ejemplo de lo anterior, en donde en la cultura maya, el concepto tierra fue considerado sagrado. En los últimos años, la defensa del territorio ha sido el principal foco de conflictividad en el país, en la región con alta incidencia, y en menor medida en el departamento; aunque existen casos como el del Valle de Palajunoj, en Tierra Colorada Baja, donde habitantes del lugar han protestado en contra de la actividad extractiva.
El desarrollo puede suponer en muchos casos un impacto en los recursos y el entorno en general, sobre todo si se toma en cuenta el crecimiento poblacional, para que esas consecuencias no sean negativas o se minimicen, tienen que existir políticas de gobierno, tanto central como local, control y cumplimiento de la ley y responsabilidad ciudadana.
Se debe buscar un equilibrio entre las necesidades y cuidado del ambiente, es decir, un concepto integral de calidad de vida, que implica por supuesto un ambiente sano. Para ello es más funcional la concertación y negociación, que la confrontación.
Este año, en el marco de la conmemoración, se promueve la armonía con la naturaleza, como una manera de hacer conciencia sobre cómo el ser humano convive con los distintos ecosistemas, y de qué manera contribuye a solucionar los problemas que enfrenta el planeta, que también tienen consecuencias directas para nuestra misma especie.
Como ejemplo de esa importancia del cuidado de los ecosistemas, cuando en Xela se habla de “lugares en donde respirar aire puro”, siempre existe uno como referencia, el Cerro El Baúl, que es de las áreas naturales cercanas a la ciudad con mayor biodiversidad. Para la preservación de este sitio tiene que darse esa práctica que convivencia con el entorno, de respeto a las condiciones de vida de las demás especies, y promoción y mejoras del cerro como un sitio turístico, sin afectar las formas de vida. Eso, indudablemente, tendrá repercusiones positivas.