Un migrante guatemalteco, originario de Malacatán, San Marcos, pagó por “irse de mojado” a los Estados Unidos casi Q180 mil, pero fue detenido en un poblado de Chiapas, México, que colinda con el estado de Veracruz, lugar en donde estuvo retenido por más de una semana en un campamento clandestino.
“No sé qué voy a hacer, porque mis papás me apoyaron para viajar de esta forma. La situación en el país es muy complicada y ellos confiaron en que yo podría ayudarles. Pero prestaron el dinero para que yo pudiera viajar de esta forma”, relató el migrante, que prefirió no revelar su nombre.
Aseguró que el “coyote” – traficante de personas -, le aseguró que llegaría seguro a Estados Unidos, donde lo esperaban unos primos que se dedican a la construcción desde hace cinco años y le habían ofrecido trabajo.
“Le pagamos la mitad del dinero cuando aseguramos el viaje, y el resto lo pagamos en tierras mexicanas. Confié en él porque era conocido, pero luego de algunos días no supimos más hasta que llegaron las autoridades mexicanas al campamento donde nos tenían”, explicó.
Este migrante marquense fue uno de los 217 que atendió el consulado general de Guatemala en la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, quienes fueron rescatados el 18 de noviembre por autoridades migratorias de aquel país.
De acuerdo con la información del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) los connacionales forman parte de un grupo de 368 personas de diferentes nacionalidades, quienes el pasado 18 de noviembre fueron hallados por agentes de la Guardia Nacional mexicana en un campamento clandestino en el municipio de Tecpatán, en Chiapas, colindante con Veracruz.
Además de los guatemaltecos había 85 nicaragüenses, 45 ecuatorianos, 11 hondureños, 7 salvadoreños y tres cubanos.
La información oficial reveló que “los migrantes habían pagado altas sumas de dinero a traficantes de personas para ser trasladados de manera irregular hacia la frontera con Estados Unidos”.
Las versiones recogidas por algunas organizaciones que velan por los derechos migrantes el costo del “viaje ilegal” se ha incrementado de los US$15 mil a los US$22 mil, debido a las restricciones y castigos que han impuesto ambas naciones para los traficantes de personas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, en un comunicado le reiteró el “llamado a los guatemaltecos para que no se dejen sorprender por mensajes equivocados que promueven la migración irregular, ya que arriesgan su patrimonio, salud y vida por los peligros que encuentran en el trayecto, especialmente los niños, niñas, adolescentes y mujeres por ser los más vulnerables”.
El 20 de noviembre retornó otro grupo de 112 guatemaltecos deportados desde México. También transitaban por estados mexicanos colindantes con Guatemala.
En 2022 aquella nación ha retornado a 34 mil 611 guatemaltecos vía terrestre, entre ellos 3 mil 699 niños no acompañados, según el IGM.
Por vía aérea, desde Estados Unidos, han deportado a 37 mil 579 guatemaltecos hasta el 18 de noviembre del 2022.
En febrero de 2022 el Congreso aprobó reformas a la Ley de Migración que aumenta de ocho a 30 años la prisión para los traficantes de personas. Además, las penas aumentan en dos terceras partes hay agravantes como llevar niños, mujeres embarazadas o si el migrante muere en el recorrido.
Pese a estas reformas, los “coyotes” han incrementado sus costos y han ofrecido diversos servicios para llevar a los migrantes a Estados Unidos. No obstante, en el camino, especialmente por el lado de Comitán de Domínguez, San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez, se han topado con organizaciones criminales que lucran con los migrantes
La historia de este migrante marquense fue uno de los 217 que atendió el consulado general de Guatemala en la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, quienes fueron rescatados el pasado 18 de noviembre por autoridades migratorias de aquel país.