El año pasado, la deserción escolar fue de 2.5 por ciento en el departamento, de acuerdo con la Dirección Departamental de Educación (Dideduc) de Quetzaltenango.
Este porcentaje se traduce en aproximadamente 6,000 estudiantes, quienes ya no siguieron sus estudios por diferentes razones. El 2017 inició con 234,000 alumnos y finalizó con 228,000, señaló Carlos Ixquiac, planificador de la Dideduc.
Aunque no es mucha la variación, la tasa de deserción ha ido aumentando en los últimos años. «Lo ideal sería de que terminaramos el año con el mismo número de alumnos que comenzamos, o incluso más», explicó Ixquiac.
Entre las causas de la deserción, según las autoridades educativas, están las enfermedades, el trabajo y la migración.
Los municipios donde más se registran casos de abandono de estudios son Cajolá, San Miguel Sigüilá y la parte norte del departamento, donde muchos de los alumnos dejan las clases para migrar a Estados Unidos. Mientras que en el sur y centro de Quetzaltenango la tasa es más baja.
Estuardo Leiva, padre de familia, comentó que es necesario que el Gobierno promueva políticas y estrategias que eviten que los estudiantes migren a otros países. «Muchos viajan de manera ilegal, por lo que el problema es mayor», apuntó.