En la Escuela Oficial Rural Mixta Eduardo Prado Ponce, ubicada en el cantón Xecaracoj de Quetzaltenango, ha surgido una polémica tras la denuncia de un padre de familia en redes sociales, quien alegó que la refacción escolar entregada a su hijo contenía gusanos.
La Dirección de Redes Integradas de Servicios de Salud de Quetzaltenango, a través de Michelle Cifuentes, comunicadora de la institución, informó que los departamentos de Epidemiología y Saneamiento Ambiental se desplazaron al centro educativo para verificar el incidente.
Como parte de la investigación, se tomaron muestras del alimento para su análisis en el Laboratorio Nacional, con el objetivo de obtener datos concluyentes que confirmen o descarten la presencia de contaminantes.
Además de la investigación en curso, se ha decidido implementar una serie de medidas preventivas. Entre ellas, Salud en Xela llevará a cabo jornadas de capacitación sobre la manipulación segura de alimentos, dirigidas tanto al personal encargado de preparar las refacciones escolares como a los docentes y directores de la escuela. Estas jornadas incluirán charlas y talleres que abordarán las «10 Reglas de Oro» para la manipulación de alimentos, y se podrían extender a otros centros educativos de la región como parte de un esfuerzo más amplio por garantizar la seguridad alimentaria en las escuelas.
Por su parte, la Dirección de Educación de Quetzaltenango, a través de su titular, Miguel Oxlaj, señala que tanto la directora como el cuerpo docente de la escuela han negado que el incidente haya ocurrido dentro del plantel, sugiriendo que el plato de comida pudo haber sido contaminado en otro lugar.
Sin embargo, dada la gravedad de la situación, se han reforzado los protocolos de seguridad e higiene dentro del centro educativo, incluyendo la implementación del uso obligatorio de redecillas por parte del personal de cocina.
“Los niños en edad escolar son particularmente vulnerables a las intoxicaciones alimentarias y otros problemas de salud derivados del consumo de alimentos contaminados. Garantizar que las refacciones escolares sean seguras y nutritivas es esencial para proteger la salud de los estudiantes y asegurar su bienestar”, explica la nutricionista Lyly López.