La crisis genera creatividad y obliga a los vendedores informales a cambiar los productos que cotidianamente ofrecen.
Muchos hombres y mujeres venden mascarillas a Q5 en los ingresos de Quetzaltenango, esto como una alternativa para conseguir por lo menos algunos ingresos para sobrevivir estos días del estado de calamidad y el toque de queda.
De la misma forma los sastres han visto mermados sus ingresos y por eso han confeccionado mascarillas para agenciarse de algunos recursos.
Francisco Rojas, quien tiene una sastrería en la 14 avenida de la zona 1 de Quetzaltenango dijo que sus clientes que en su mayoría son abogados ya no están llegando porque no están laborando. «Nos afecta porque tenemos que pagar renta y a nuestros colaboradores; pero entendemos que es muy importante quedarse en casa para evitar contagios de coronavirus.
Las empresas que llevan productos a domicilio también tienen mucho movimiento.Ahora que está restringido salir a diversas horas, ganan terreno las empresas que tienen aplicaciones para llevar productos a domicilio, ya que es más cómodo pagar Q10 o diversas tarifas que hacer largas filas y arriesgarse.