Quizás ni los de la Generación Z y Millennials entienden cómo se puede predecir el clima con tan solo observar el comportamiento de cada día de enero. Pero los Baby Bommers y la Generación X sí, porque aquellos años en que la tecnología no era lo que ahora se creía en algo más que la intuición.
De hecho, con solo saber que el 1 de enero hacía mucho frío, se sabía que así sería el resto del mes. Y si en febrero, por alguna razón, persistía, con lluvia incluida, pues se aseveraba que el mes “loco” se compartiría de esa forma en su clima.
Los días 3 y 4, que representan a marzo y abril, calurosos, pues entonces la Semana Santa, el verano, lo sería. De cualquier forma, el tiempo ha cambiado, pero las Cabañuelas se resisten a desaparecer.
Los nacidos entre 1946 y 1963 mantienen esa expectativa. Y los siguientes, de los 1970 a 1980 le creen a sus padres, y se aferran, sin duda.
Pero las nuevas generaciones prefieren instalar una App del clima que les diga en forma más precisas las condiciones climáticas a partir de ahora. Aunque como revelan los pronosticadores del Insivumeh todo es cambiante, no es algo seguro, y el cambio climático contribuye para que lo sea más.
Sin embargo, para quienes consideran a las Cabañuelas una forma de verificar el “futuro” de las condiciones climáticas del año nuevo, pues comienzan la tarea al observar del 1 al 12 de enero cómo es cada día y definen cómo serían las condiciones climáticas.
César George, pronosticador del Insivumeh con mucha experiencia en el ámbito, tiene claro que este era un control “que se llevaba a cabo anteriormente de cuál era el comportamiento climático de los primeros días del mes de enero”.
Agrega: “Uno hacía referencia de cómo los meses se comportarían durante todo el año. Del 1 al 12, representaba enero a diciembre, del 13 a 23, se invertía y se cotejaba y corroboraba el clima entre diciembre a enero. Se hacía un viaje con retorno por cada día para representar al mes”.
La idea, entonces, era verificar que todo concordara y dar un pronóstico un poco más preciso. Y se termina con un cálculo en los seis días siguientes, del 25 al 30, pero en este lapso el día se divide en dos y cada medio día es un. El 31, para cerrar, se divide en lapsos de dos horas por mes y comienza de diciembre a enero.
Pero las Cabañuelas se resisten a desaparecer. Aunque el cambio climático y calentamiento global han hecho de las suyas, hay personas que aún conservan ese cálculo humano.
Lo que sí queda claro es que el fenómeno de La Niña, ese que ha traído tanta lluvia en muchas regiones del país, podría cambiar pasado marzo.
El pronosticador del Insivumeh asegura que muchos quisieran que de La Niña se pasara al Niño, para evitar tanta precipitación pluvial.
Pero sin duda hay regiones en donde no ha llovido como en otras y se espera que entre enero y abril se pueda tener lluvia para las cosechas. Sin embargo, según George en la historia del país el fenómeno de la Niña ha tenido tres episodios de 1953 a 1955; de 1973 a 1975 y en el actual que dio inicio en 2020 y alcanzaría el 2023.
“Este será un año frío, un año con lluvia, ese es el pronóstico, pero nada es infalible. El problema sería cambiar drásticamente a una época de sequías”, asegura.