Por Angélica Valencia
Comerciantes del mercado anexo del Centro Comercial Municipal de la zona 1, se han visto afectados desde que el primer caso de Covid-19 en el país.
Desde que se ingresa al mercadito alrededor de las 12 del mediodía, se nota una silencio total, solo 1 comedor es el que atiende: el de doña Juana (foto principal de este artículo), quien explica que si llega todavía, lo hace porque tiene la inminente necesidad de trabajar.
También se encuentra una tortillería que “hace la lucha”, según indica la dueña.
En otros tiempos el medio día era una hora clave para el comercio ya que muchos clientes llegaban a encargar sus platos, compraban para llevar o preguntaban de los diferentes menús de los comedores disponibles.
Ahora, solo algunos policías son los clientes que conserva doña Juana.»La venta ha bajado en un 75 por ciento, ahora solo hago un poco de comida para salir con la venta mínima del día», explica.
Agrega: “Ya nada es igual, ya no ocupo mis ollas grandes, solo una pequeña para cocinar lo necesario, pero aquí estoy esperando vender desayunos y almuerzos a buen precio” indica doña Juana.
El caso de ella, es el de bastantes mujeres, doña Ángela tenía una venta de jugos de naranja pero ahora su modelo de negocio se redujo a buscar una esquinita para poder vender afuera del mercado, «porque adentro ya nadie entra», concluye.