En Quetzaltenango hay una historia de fe que ha marcado a miles de quezaltecos que año con año cada 26 de septiembre observan el traslado de su protagonista al altar mayor de Catedral, en en espera de su celebración máxima el 7 de octubre.
La Virgen del Rosario, patrona de la ciudad altense, no solo es la unidad en su máxima expresión de la fe católica sino que también la historia de su llegada a este territorio trasciende desde los tiempos de la Conquista, convirtiéndola en el centro de una devocion grande en el departamento y en toda Centroamérica.
Una de las historias orales cuenta que ella fue traída junto con Pedro de Alvarado durante la Conquista de estas tierras. En otra se dice que la imagen es obra del renacimiento debido a las características de su tallado y atuendo.
San Juan Pablo II junto a la Virgen del RosarioEn 1781 fue consagrada por el Arzobispo Cayetano Francos, esto ocurre tras tener la imagen un increíble número de devotos y llegar a ser venerada por más de 150 años.
Durante el terremoto 1902 la Catedral quedó derrumbada, pero la imagen fue la única ilesa.
El 7 de marzo de 1983, en su primera visita de quien ahora es Santo de la iglesia católica, Juan Pablo II, la coronó en presencia de un millón de feligreses.