Por Paola de León
Este jueves, en medio de una situación muy delicada, se conmemora en Nicaragua la Revolución Popular Sandinista, se gestó cuando obreros, empresarios, campesinos, estudiantes, guerrilleros se unieron y derrocaron a la dinastía de los Somoza y su Guardia Nacional, acontecimiento que tuvo como punto de inicio el 19 de julio de 1979 y finalizó el 25 de febrero de 1990; 10 años, siete meses y seis días de tragedia y tristezas para el país. Entre los años 1972 y 1990 se estima que en Nicaragua hubo unas 65,000 muertes, de acuerdo con fuentes no oficiales.
La situación actual en el país centroamericano también es complicada, desde hace tres meses se han generado protestas contra el régimen de Daniel Ortega, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) reportó, hasta el 10 de julio, 351 muertos, 2,100 heridos y más de 200 en proceso de búsqueda. La iglesia Católica ha tratado de dialogar para encontrar una salida pacífica, pero esto no ha sido suficiente, pues la herida sigue abierta, refieren diarios nicaragüenses.
“Han sido semanas de intensa violencia en Nicaragua desde que los ciudadanos salieron a las calles para protestar en contra de una reforma por decreto de la Seguridad Social el pasado abril. Fue la gota que colmó el vaso”, señaló el periódico EL PAÍS.
El periodista Carlos Salinas ha señalado en notas de prensa que las protestas comenzaron después del anuncio de una reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), impuesta por decreto por el presidente Ortega, donde aumentaba las contribuciones de trabajadores y empresarios e imponía una retención del 5 % a los jubilados. Esta imposición fue suficiente para provocar un descontento que se ha ido proyectando después de 11 años el presidente sandinista que ha gobernado Nicaragua.
Participante de la Revolución Sandinista que derrocó a Anastasio Soomoza, Ortega fue presidente entre 1979 y 1990 y de nuevo a partir de 2007.
Fuentes consultadas: elpais.com y elperiodico.com / Foto: Twitter