Las autoridades y equipos de rescate en Taiwán están inmersos en una carrera contrarreloj este jueves, tratando de encontrar a más de 600 personas atrapadas o desaparecidas luego del poderoso terremoto que golpeó la costa este de la isla el martes por la noche (hora de Guatemala).
El sismo, registrado como el segundo más intenso en la historia de Taiwán, ha dejado un saldo devastador, con diez personas confirmadas muertas y más de mil heridas.
Los esfuerzos de rescate están enfocados especialmente en el Parque Nacional Taroko, donde un senderista de 65 años fue sepultado por rocas, mientras que se han registrado más de 400 réplicas en los alrededores del condado oriental de Hualien, el epicentro del sismo.
Las condiciones climáticas presentan un nuevo desafío, ya que se esperan lluvias en las zonas montañosas, aumentando el riesgo de deslizamientos de tierra y avalanchas.
El Centro de Respuesta de Emergencias ha desplegado miles de efectivos militares, policías y bomberos, junto con aeronaves y vehículos, para colaborar en las labores de rescate.
A pesar de la tragedia, hay destellos de esperanza. Setenta personas fueron rescatadas en Hualien, algunas en helicóptero y otras descendiendo de la montaña por su cuenta.
Además, seis estudiantes universitarios fueron encontrados sanos y salvos tras un incendio en su campus. Aunque las comunicaciones se están restableciendo gradualmente y la línea de ferrocarril ha reanudado operaciones, muchos tramos de carretera sufrieron daños severos.
En el ámbito económico, las empresas de semiconductores informaron de daños mínimos, con la mayoría de las líneas de producción ya en funcionamiento.
Este terremoto, con magnitud 7.2 según las autoridades locales, es el más intenso que ha sacudido Taiwán desde 1999.