Ciudadanos con ceguera, en sillas de ruedas, sordera y talla baja hicieron un esfuerzo para acudir a las urnas el 20 de agosto y elegir al próximo presidente de Guatemala, gracias al trabajo coordinado entre el Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad (CONADI) y el Tribunal Supremo Electoral, para implementar acciones que favorecieron ese propósito y así dar cumplimiento al Artículo 29 de la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad.
Así lo confirmó el informe de la Misión de Observación Electoral de CONADI, dado a conocer esta semana.
Claribel Castillo, presidenta de la Junta Directiva de esa entidad, dijo que se cumplió con el voto prioritario y también el voto asistido, donde personas con discapacidad visual y que no saben leer Braille fueron acompañados por un familiar.
También se mejoró considerablemente la accesibilidad y algo importante fue la inclusión de atriles para personas de talla baja o en silla de ruedas.
Además, se habilitó un número para que ciudadanos con discapacidad auditiva solicitaran información a través de video llamadas que eran atendidas en leguaje de señas, según agrega Castillo.
Otro avance importante para la inclusión electoral de personas con capacidades diferentes fue la boleta 2A, donde los integrantes de las juntas receptoras de votos anotaban el tipo de discapacidad que padece los guatemaltecos de este sector de la población que acudió a las urnas el 20 de agosto.