Lo primero es borrar la pizarra, lo segundo es hacer un replanteamiento del sistema y tercero empezar de cero, dice a La Voz de Xela la exministra de Educación (2004-2008) y directora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), María del Carmen Aceña.
Esta conclusión surge ante lo publicado en este medio informativo en la edición del lunes 18 de septiembre, sobre la derogación que hizo el presidente Alejandro Giammattei del Acuerdo Gubernativo 287-2004 que establecía el procedimiento por competencias y transparente para la contratación de maestros bajo el renglón 021 y así suplir la demanda educativa.
El problema es que con el paso del tiempo los gobiernos abusaron al presionar que allegados políticos fueran contratados, aunque carezcan de las capacidades académicas y de enseñanza; de esa cuenta, con esta medida los maestros bajo el renglón 021 pasan a ser presupuestados literalmente por decreto, según la lectura de la entrevistada.
Aceña dice: “Esto que vimos que cambió el 021 para mí es grave, porque si usted tiene ahí un montón de maestros referidos y de repente los va a contratar para que se queden en 011 por 20 años, los que sufren son los niños: no aprenden nada (…) Yo creo que esto es serio, porque es el futuro del país, la corrupción sabe dónde está: en plazas, en gente incompetente, porque igual es el corrupto el que refiere como el que acepta la plaza sin tener la capacidad”.
La propuesta de María del Carmen Aceña en este proceso para modernizar la Educación de Guatemala estriba en repensar la forma de los ciclos escolares, como hacer continuos los grados de primaria y secundaria, luego de concluida la formación preescolar.
Pensar en lo que los niños deberían saber dentro de 20 años y con base a eso iniciar la capacitación de los 1 mil maestros que se deben contratar cada año, pero a través de una educación especializada y tecnológica; sin embargo, lo principal es que sea por competencias.
“También es importante quitarle toda la grasa al Ministerio de Educación”, dice al referirse que esa cartera se ha convertido en un “Ministerio Social”, adoptando competencias que no son de su jurisdicción, como el Seguro Escolar, duplicar la refacción escolar y priorizar al maestro vía el sindicato, descuidando lo más importante que es la niñez.
“Mejor se debe combatir la desnutrición crónica, porque los niños llegan ya con desnutrición crónica a la escuela”, puntualiza.