En un hecho de violencia las personas reaccionan de diversas maneras, entre las sensaciones más frecuentes están el pánico y el nerviosismo, sin embargo, un ciudadano que atestiguó el ataque armado registrado ayer en la 8a calle, entre 14 y 15 avenida, zona 3 de Xela, hizo algo que pocos realizarían en una situación similar.
Este vecino, quien pidió el anonimato por temor a represalias, relató a La Voz de Xela lo acontecido:
“Yo estaba adentro de la casa cuando escuchamos varias detonaciones de arma de fuego y en un principio pensé que eran cohetillos, sin embargo, decidí salir a ver y me partió el alma ver al niño, de unos cuatro años, que estaba llorando y corriendo de un lado a otro donde estaban los cuerpos de sus padres muertos”, expresó.
Agregó que su primera reacción fue auxiliar al pequeño y ponerlo bajo resguardo en su vivienda como un acto de humanidad.
“El niño lloraba y gritaba por su madre por eso decidimos hablarle para tranquilizarlo, además, le dimos agua, alimentos y juguetes para distraerlo y que no resultara muy afectado psicológicamente por lo que tuvo que presenciar. Lo que no queríamos era que él pequeño siguiera viendo a sus progenitores tirados en la calle sin vida porque esto lo hubiera afectado aún más”, añadió.
Para este quetzalteco fue una satisfacción haber ayudado al niño porque para él “todos somos hijos de Dios”.
La acción de este ciudadano fue secundada por personal de la Procuraduría General de la Nación (PGN) que lo puso bajo resguardo y le brindó atención psicológica. Además, activaron un protocolo de servicio social para ubicar a otros familiares.
Según la PGN, el pequeño responde al nombre de Otto Gonzalo.