Señor alcalde Luis Grijalva, le vamos a dejar claro dos cosas: primero, que usted ha sido uno de los peores alcaldes de los últimos tiempos, porque no ha hecho nada por conducir a mejoras a la ciudad de Quetzaltenango. Segundo, que preguntarle sobre su trabajo no es acusarle de nada, incluso es ayudarle a dar respuestas a la población.
Podríamos dejarlo al margen de las coberturas informativas, pero tristemente le quedan 18 meses en el cargo, por eso continuaremos haciendo lo que nos corresponde con responsabilidad, aunque deje hablando solos a nuestros periodistas cuando le hacen preguntas que a usted le incomodan.
Ayer le preguntábamos sobre los fallidos operativos para retirar las ventas informales que obstaculizan el paso peatonal y vehicular frente a la terminal Minerva, en la 4a. calle de la zona 3, y su respuesta fue, “usted que aborda siempre el tema sabe que siempre me acusa de lo que pase”; y en medio de la entrevista dejó hablando solo al periodista de La Voz de Xela. No es la primera vez.
El problema no solo son los fallidos operativos, sino que la proliferación de ventas. Quienes pasan a diario por el sector saben de lo que estamos hablando; las ventas ya están en plena calle. El problema es que no hay autoridad. Lo difícil es que este nos es el único tema sin resolver, están las calles intransitables, la basura, la energía eléctrica y una lista interminable, por la incapacidad de un alcalde que, en lugar de huirle a las preguntas, debería resolver los problemas que aquejan a la población.
Ver el video (ya publicado en la fanpage de La Voz de Xela) donde Grijalva abandona una entrevista por su molestia solo hace que lo coloquemos en la categoría de hepático, intolerante y pobre de buenos modales.
La actitud de Grijalva en realidad no es el asunto, sino que es apenas un reflejo del abandono en que tiene a la ciudad. La intolerancia colectiva es hacia su ineficiente administración municipal.