El tiempo no se detiene, y como si nada ya le hemos dicho adiós al 2023. Un año que debe servirnos para evaluar los aciertos y desaciertos de nuestra vida. Pues por ser humanos, seguramente cometimos muchos errores. Pero estamos iniciando un año nuevo 2024 con la oportunidad de convertir esos errores en oportunidades para ser mejores personas. Para que este año 2024 sea de verdad próspero hay que poner en la primera página del libro de nuestra vida al Hijo de Dios engendrado en el seno de la Virgen María.
A nivel político, tenemos que estar despiertos, porque de aquí al 14 de enero, los corruptos, sin lugar a dudas quemarán sus últimos cartuchos con tal de desacreditar más las elecciones del recién pasado año. Ellos son los responsables de la debacle de la democracia en Guatemala. Tanto es así, que en los últimos días la actual jefa del Ministerio Público ha ganado el premio de “Personaje Corrupto del 2023” por la Organización de Denuncia de la Corrupción y del Crimen Organizado (OCCRP). Es decir, las cosas no son como las pintan ellos; las cosas son como las vemos la mayoría de los guatemaltecos y guatemaltecas.
Como comunidades religiosas y/o parroquiales, también tenemos la oportunidad de mejorar en este nuevo. Pero que, de verdad, quienes las lideran, se conviertan en líderes proactivos que digan y hagan, y que no solamente digan, pero no hagan nada de lo que les exigen a sus súbditos. No es fácil enseñar con el ejemplo, pero hagamos el esfuerzo, porque nuestra gente nos lo agradecerá profundamente.
Los que lideran en las empresas, grandes y pequeñas, también deben mejorar su trato con sus trabajadores. Es muy común encontrarse con personas que dicen: fui al IGSS y no me quisieron atender, porque mi patrono no ha está al día con las planillas. Algunas otras empresas, ahora que estamos iniciando el año, les hacen firmar contratos a sus trabajadores que ellos mismo saben que son falsos. La transparencia puede ser un buen objetivo para este año que apenas inicia.
El reto mayor es personal. Todos queremos políticos más honrados, queremos empresarios más íntegros, queremos líderes religiosos más coherentes, queremos que el clima familiar sea más eficaz y eficiente en el seno de los hogares. Pero todo esto no será posible, si usted y yo no cambiamos. Porque lo que está podrido es el corazón y la mente de nosotros las personas. Lo que está fuera de nosotros no cambiará si no cambia el interior de hombres y mujeres.
Por lo tanto, vale la pena hacer una excelente autoevaluación sobre nuestro caminar de este año que ha terminado. Y hay que pedirle a Dios que nos conceda la gracia de la humildad para aceptar que cometimos errores, pero que de esos errores podemos aprender, para ya no tropezar con la misma piedra. Dios es clave en la vida de los seres humanos. Sin Dios el mundo seguirá desmoronándose. Vea el mundo, vea a Guatemala. Cuando un político o un profesional cualquiera gobierna marginando a Dios, las consecuencias son éstas que usted y yo vemos en la sociedad actual.
Gracias 2023 por los buenos y los no tan buenos momentos, gracias por las bendiciones recibidas, gracias por haberme permitido alcanzar metas y construir sueños. Ahora recibo el nuevo año con la frente en alto y con la fe puesta en mí y en Dios de que todo lo que me proponga lo alcanzaré trabajando día a día con entusiasmo y amor.
Les deseo a todos y a todas, un feliz año 2024, y que se cumplan todos los anhelos de su corazón.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.