El pasado 30 de noviembre hasta la medianoche fue un día terrible para la democracia guatemalteca. Mientras muchos dormíamos, los buitres (108) del Congreso de la República les quitaron la inmunidad a cuatro magistrados del Tribunal Supremo Electoral. De verdad que este organismo del Estado está integrado por hombres y mujeres cuya ética profesional está por los suelos. Imagínense ustedes escuchar a un vicepresidente del Congreso expresarse como lo hizo, con un vocabulario soez propio de la calle. Ese Congreso es la Sodoma y Gomorra de Guatemala. Ahí está lo peor. Ahí hay gente mañosa, interesada y corrupta.
Iniciamos un nuevo mes, con la esperanza que nos propone el Tiempo de Adviento, de que las cosas puedan seguir mejor. Guatemala está pasando por una de sus peores crisis. Yo espero que quienes se han enriquecido y han utilizado las leyes para beneficio propio, la vida les devuelva un poquito de todo el daño que le han hecho a este país.
Causa indignación ver cómo se mueve la mafia en la política guatemalteca. Todo esto que está pasando en estos tres organismos del Estado, es una expresión de la ausencia de Dios en la mente y el corazón de quienes los integran. Aún no comprendo cómo puede haber tanta maldad y malicia en esta gente. Son una vergüenza para el país.
Ya quisiera tener uno una varita mágica para acabar con todo este estiércol en estos espacios del país. Su maldad ha colaborado para que estos organismos tengan la peor imagen en la historia de Guatemala. Hay que seguirle pidiendo a Dios para que llegue gente más sana y sensata a estos espacios públicos. Esta es gente que le vendió su alma al diablo.
No se dan cuenta de que el poder se acaba; y el dinero mal habido, se escurre como agua entre las manos. Por el momento se sienten puros pavorreales, puesto que están en el puesto y tienen el poder en sus manos. Pero deberían de pensar que a todo coche le llega su sábado; y que llegará el día en el que tendrán que dejar ese puesto y el poder que tienen. Y entonces será el llanto y la desesperación.
Desde que yo tengo memoria, nunca, tantos profesionales se habían visto obligados a dejar el país. Hasta el momento han dejado nuestro país: fiscales, jueces, periodistas y ahora magistrados. La gente buena tiene que salir huyendo. Es increíble la realidad de Guatemala. Y el representante de la unidad nacional brilla por su ausencia. Sin lugar a dudas, este gobierno pasará a la historia como uno de los peores, en la débil era democrática de Guatemala.
Esta última semana del tiempo ordinario estuvimos leyendo el libro de Daniel. Y Daniel le interpreta al rey Nabucodonosor un sueño que éste tuvo. Había soñado una estatua con la cabeza de oro; el pecho y brazos de plata; el vientre y los muslos de bronce; las piernas, de hierro; y los pies, de barro. La cabeza de oro es el reino babilonio. El reino de plata es el reino de los medos. El reino de bronce es el reino de los persas; y el reino de hierro es el reino de los griegos. Lo común de estos reinos es que tenían los pies de barro, por lo que todos fueron destruidos, (Dn 2, 31-45).
Lo mismo pasará con estos pequeños reyezuelos en Guatemala. Están en los puestos y tienen el poder, pero ese poder que tienen en el puesto que están, se les acabará. Por lo tanto, hay que tener un poquito de paciencia. Dios tarda, pero no olvida.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.