Al usar mi voz quisiera que sea en algo que edifique y que construya, especialmente si es a mi país. Le agradezco mucho a Dios por haberme regalado a un abuelo tan lindo y amoroso, una persona que me dejó como la mejor enseñanza el civismo, y es que es tan importante saber de dónde somos, conocer nuestras raíces para aprender a visualizar el camino que queremos emprender.
Esta semana, con la herencia de mi abuelo siento la responsabilidad de orientar e informar a la población para que tome la decisión de ir a votar el domingo 15 de abril.
Como buenos guatemaltecos, somos los primeros en apuntar con el dedo y no perdonamos ver una falta hacia nuestra tierra, nos burlamos de nuestras autoridades y sus múltiples errores; sin embargo, no hemos visto aún la posibilidad que tenemos en esta ocasión para cometer un error tan garrafal, que podría llegar a perjudicar más al país que cualquier comentario sin sentido, a los que ya estamos acostumbrados a escuchar. O empatar nuestra apatía al voto con cualquier acto de corrupción al que hemos juzgado con tanto fervor.
Hoy, todavía me da el tiempo para invitarte a que formes parte de la historia que determine un paso hacia adelante al país. Siempre defenderé a las personas que se formen un juicio propio, nunca objetando su decisión, pues es respetable; se profundizó en conocimiento para poder discernir entre lo que cree correcto y eso es bueno. Defiendo a los que no son ignorantes, porque se esfuerzan en no serlo, porque saben que el civismo trae consigo la responsabilidad de una participación activa.
Conociendo las dos caras de la moneda, en cuanto a la dichosa pregunta: “¿Está de acuerdo en que el caso sea resuelto por jueces internacionales sí o no?”.
Una cara de la moneda es el NO, se defiende argumentando que Belice es un país con mayor desarrollo en todos los aspectos que puede ofrecer, se cree que apoyando el NO estaremos cuidando que Belice no pierda lo que le ha costado mantener: un hermoso y ordenado país. Y se apoya el NO al creer que no somos dignos de poseer una mayor cantidad de territorio, porque si nuestras autoridades no cuidan ni lo que tenemos, qué vamos a hacer con lo que nos den. Y por último, que tiene un trasfondo político. El asunto lleva cientos de años, ha pasado un desfile de líderes políticos, tanto de un pensamiento ideológico como de otro, y ciertamente este asunto no se resolverá en este mandato, si ese es el miedo de muchos, así que pueden estar tranquilos en ese sentido.
El SÍ, ciudadanos guatemaltecos, es básicamente permitir que un organismo internacional estudie la historia y la eficacia que tiene cada país, la manera en la que los dos se han desarrollado y cómo han aprovechado sus recursos.
Qué pasa si gana el SÍ: servirá como una forma de presión para que Belice realice su encuesta, y la situación vea por fin a un ente internacional como un padre o madre que reparte equitativamente el derecho de cada uno de sus hijos, en este caso Guatemala y Belice, que en mi opinión considero es bueno, porque un padre o madre ve a los dos países con los mismos ojos, es decir que la decisión que tomen será justa. Eso es lo que se espera claro.
Por otra parte, tenemos la consecuencia de un NO: un NO nos mantendrá parados en el mismo lugar, es como haber trabajado en vano, porque al final estas elecciones se volverán a repetir con el tiempo, y cómo ya es de nuestro conocimiento, es sumamente alto el valor monetario que se está invirtiendo con la logística y la realización de esta encuesta popular.
Aunado a perder la posibilidad de darle al país la oportunidad de crecer, de terminar por fin con un asunto que tenemos pendiente, con la posibilidad de cerrar un círculo y comenzar una Guatemala nueva. Esto es lo que el país necesita, DEFINIR.
Y nosotros, en esta ocasión tenemos la oportunidad de DEFINIR una era en la que Guatemala pueda cambiar de rumbo. Esto, desde mi perspectiva, es demostrar que somos coherentes, que somos ciudadanos responsables, que tenemos conocimiento y conciencia, que estamos interesados, que tenemos los mismos ideales de ver a una Guatemala desarrollada y plena en todo el sentido de la palabra. Esto es dar un paso al frente todos y cada uno de nosotros, tomados de las manos.
Esta es la oportunidad más grande que tenemos para MANIFESTAR que somos un país unido, defendiendo los derechos que por ley nos corresponden. Que somos nosotros los que asumimos la responsabilidad de engrandecer a nuestra patria.
Este domingo tenemos el PODER en nuestras manos. ¿Podríamos entonces hacer un mínimo esfuerzo para demostrar que nuestra voz también cuenta?
Diseñadora de modas y asesora de imagen personal, profesional y empresarial.