Se jugó el primer partido de la gran final de la Liga Guate Banrural; el encuentro de ida se disputó en el Estadio Pensativo de la ciudad colonial. El marcador fue 2 a 0 a favor de Antigua GFC, un resultado que pone cuesta arriba las posibilidades del Xelajú MC de conseguir la Sexta Luna, pero aún falta el partido de vuelta en el Mario Camposeco la noche del sábado 27, donde los Chivos necesitan ganar por diferencia de 3 goles para ser campeones o por 2 goles para jugar tiempos extras o incluso penales.
El partido tuvo como protagonista al árbitro Cristopher Corado, que tuvo un desempeño muy malo en general, permitiendo un juego brusco y friccionado, además de no imponer orden y justicia en reiteradas ocasiones, donde debió amonestar a varios jugadores en determinados momentos e incluso expulsar, pero no tuvo la personalidad ni sapiencia de hacerlo. Sin embargo, la gota que derramó el vaso en su actuación fue cobrar un penal a favor de Antigua en los descuentos del partido, una infracción que fue fuera del área grande, pero que cobró adentro y significó el segundo gol colonial y el 2 a 0 final en el marcador. Independientemente de lo mencionado, analizaré brevemente las propuestas y desarrollo de los equipos en este partido.
Inició el encuentro y los primeros minutos, como es común, ambos equipos jugaban cautos, apostando a la solidez en su equipo y al error del rival. Xelajú en los primeros 10 minutos tuvo algunas aproximaciones, que elaboraban posterior a las recuperaciones en el medio del campo, pero estas fueron de poco peligro en el arco de Braulio Linares. Posteriormente, Antigua empezó a tomar las riendas del encuentro, con mayor dinámica y verticalidad, pero el bloque defensivo de los chivos supo contener el empuje colonial en ataque, llegando al descanso con el marcador 0 a 0.
En el complemento, vimos a un Xelajú mucho más replegado y compacto desde su medio campo hasta su arco, cediéndole el balón al cuadro panza verde, que intentó y propuso en prácticamente todo el segundo tiempo, pero jugar a la defensiva parecía una situación que le funcionaba a los Chivos para llevarse un valioso empate 0 a 0, mientras que los locales insistían con abrir el marcador con diferentes intentos y opciones, hasta que al minuto 88, el motor de este Antigua, «El Cheka» Hernández, aprovechó un mal rechazo de cabeza en defensa y desde fuera del área conectó un derechazo de volea que se incrustó en la parte inferior izquierda del portero «Chepo» Calderón, poniendo el 1 a 0 en el marcador. Pero cuando parecía que el marcador por la mínima sería el definitivo, surgió una jugada polémica: el penal a favor de Antigua, donde hubo doble falta del cuadro chivo, pero ninguna fue dentro del área; se marcó la segunda, que estaba varios centímetros fuera, pero ya sea por la rapidez de la jugada o la incapacidad del árbitro y su asistente, se señaló la pena máxima, donde Mejía cambió por gol, definiendo fuerte y razo al lateral derecho del guardameta panameño, poniendo el 2 a 0, marcador que sería el definitivo en el partido.
Los dirigidos por Amarini Villatoro no jugaron a nada que no hayan jugado antes, fue la propuesta que vienen ejecutando prácticamente en todos sus partidos: jugando al límite, apostando a no recibir goles en contra, pero defendiéndose todo el partido, sin opciones claras en ataque y esperando el error del rival y la virtud de algún jugador que resuelva alguna que le quede a modo en un contragolpe. Esta situación les ha funcionado en reiterados partidos, pero en este partido final no fue así. La medida parece habérsela tomado Cepeda y sus dirigidos, donde supieron jugarle con temple, paciencia y eficacia al cuadro chivo, que estuvo a punto de sumar un valioso empate en esta final de ida, pero al romperse su muralla al minuto 88, todo se desmoronó y puso cuesta arriba la posibilidad de ser campeones el próximo sábado.
Como he dicho en ocasiones anteriores, la propuesta de Xelajú no es vistosa, atractiva o deslumbrante, pero mientras lograba el resultado, el fin justificaba los medios. Pero cuando las cosas no salen a favor de los Chivos como en esta ocasión, es cuando más se cuestiona: ¿por qué jugar al límite y con fuego? Si la posibilidad de quemarse era evidente.
Xelaju deberá salir el sábado a ganar el partido desde el primer minuto, intentando anotar 3 goles y no recibir ninguno, porque solo una diferencia de 3 goles lo estaría consagrando como el campeón y hacedor de la Sexta Luna. Es una incógnita, ya que en 27 partidos jugados en este torneo jamás ha jugado con una propuesta agresivamente ofensiva, una asignatura pendiente para el gran partido final.
El Mario Camposeco se vestirá de gala y con un marco impresionante de aficionados, que alentarán, apoyarán y vivirán a flor de piel esta final, pero dependerá de los protagonistas brindarle el título a su magnífica y admirable afición.
Las cosas como son.