Quetzaltenango y específicamente la ciudad «XELA» vive una fiesta, y es por la representación del club Xelajú MC en la busca de la añorada Sexta Luna: el equipo que representa el futbol y la pasión de todos en el departamento, propicia un acontecimiento que paraliza los sentimientos y enaltece la identidad y orgullo de ser parte del Sexto Estado de Los Altos; una rica y peculiar historia de todo lo que envuelve ser quetzalteco, enlazado a la pasión del futbol.
La grandeza de los clubes en el mundo la hace y respalda su gente, su afición, su «hinchada», y basándonos en esa teoría, Xelajú MC es el más grande de Guatemala, ya que su afición vive a flor de piel la pasión y el amor por los colores representativos de los Superchivos.
Xelajú, con 81 años de historia, tiene cinco títulos nacionales del futbol guatemalteco, lo que lo posiciona hace décadas como el equipo departamental con más títulos, pero independientemente de lo estadístico, Xela es reconocido como grande por su afición, que brinda un apoyo incondicional, genuino y especial como pocos, demostrando que el amor al futbol y a los colores va más allá de cualquier cosa.
Hoy miércoles 24 de mayo, se jugará la final de ida en condición de visita ante Antigua GFC, que dicho sea de paso, es el segundo equipo departamental más ganador, con cuatro títulos nacionales, obtenidos entre los años 2015 y 2019; un club con éxitos deportivos más recientes, pero que en comparativa con la historia y respaldo del cuadro altense, tiene mucha distancia entre ambos. Un partido fundamental, que será el preámbulo del partido definitivo del día sábado 27 que se jugará en el histórico estadio Mario Camposeco.
El futbol es impredecible y no podemos asegurar ningún resultado, pero lo que sí podemos asegurar es que el merecimiento de ganar este título, más allá de lo deportivo, lo tiene la gente quetzalteca, que con su sentimiento y compromiso incondicional con su equipo, está siempre alentando y apoyando, sin importar agentes externos o situaciones adversas, y eso tiene mucho valor y grandeza. Porque el aficionado no cobra un sueldo, ni es contratado por la institución, todo lo contrario, desinteresadamente y solo por un sentir, aporta: dinero, tiempo, cariño y compromiso, un sentimiento genuino que vale más que cualquier cosa en los seres humanos.
Ojalá el futbol le brinde la Sexta Luna a Xelajú en esta oportunidad, pero si no fuese así, solo quedará reconocer y entender que Xelajú es grande por su gente antes que por sus directivos, entrenadores o jugadores, porque como dice un dicho: «Van pasando los años, jugadores, también dirigentes, pero lo que no pasa es la gente que te alienta siempre…»
A disfrutar esta final Superchivos, por un torneo más, porque su grandeza es incalculable por su afición. Vamo arriba.
Las cosas como son.