Extraje este fragmento que dedique a mi mamá: “A veces por mi mal conducta, te convertiste en el mejor francotirador; una chancleta en mano fue tu mejor munición; ahora entiendo que fue por amor.
Cómo cuál escultor, tallaste en nuestras vidas, los más nobles sentimientos que hoy conforman nuestros cimientos; hacernos fuertes, perseverantes y ordenados ha sido una faena laboriosa colocándote ante mi mirada atónita cómo la mujer más maravillosa.
Conjugaste mis lágrimas y mis tropiezos y sobre el dolor cincelaste una vez más el amor.
Maestra infatigable en la Fe, siempre haz visto en mi mucho más de lo que pude ver.
No encuentro el medio ni la forma de compensarte, no hay riqueza alguna con la que pueda pagarte.
Pero estoy aquí en mi intento de escritor manifestando mi amor.
Y mientras tenga vida me esforzaré día a día por remedarte en mi intento fallido de superarte”.
De todas las profesiones de la que creo jamás nos graduaremos con honores es la de ser mamá, pese al mejor esfuerzo y trabajo que se quiera hacer por lo general siempre cometeremos errores y desavenencias en la tentativa de ser las mejores y es algo que a veces a los hijos les cuesta asimilar; sin embargo, hay que reconocer que todo cuanto una Madre hace por sus hijos es por amor, así que es momento propicio para agradecer no sólo a las madres sino a las antecesoras, abuelas, bisabuelas, porque el amor que ellas brindaron nos abraza hasta el día de hoy.
¡Con toda admiración y respeto a todas las madres!