Dios nos ha dado la vida para ser buenas personas y personas buenas. Existimos en este mundo para ser buenas personas. No deberíamos complicarnos y ni complicarle la vida a nadie de los que nos rodean, porque todo lo que Dios hizo, es bueno.
Su vida tiene que gastarla en servir a los demás, en ser un buen ser humano para los demás. Existimos para ser buenos. Ser buenas personas no cuesta nada; sólo es cuestión de vivir cada día disfrutando del don la vida, y poniendo al servicio de los demás esta vida que se me ha dado.
Es triste conocer y encontrarse con malas personas. Las “personas malas” utilizan su vida para hacer daño a los demás. Las personas malas hacen críticas injustas, inventan falsos testimonios, son hipócritas, chismosas, resentidas, envidiosas y amargadas. Y andan como moscas jodiendo a quienes se les cruce en el camino.
Haga memoria de las personas malas que la vida le ha puesto en su camino. Pida a Dios por ellos. La gente mala existe y aparece en el momento menos pensado de la vida. Las personas malas están en todos los espacios de la sociedad, en instituciones públicas y privadas, incluso están dentro de la iglesia. Las personas malas le saludan, le dan la mano y le dicen “que Dios lo bendiga”. Pero usted sea astuto. Aprenda a conocer a quienes le rodean, para que no caiga en sus trampas.
Viviríamos en una sociedad más feliz si los que la formamos tratáramos de ser personas buenas, generadoras de emociones agradables y positivas, que nos conduzcan a construir familias más sanas y felices. No es nada difícil ser personas buenas. Una buena persona tiene la habilidad para caminar entre el lodo sin contaminarse.
Dele un vistazo al mundo en general, y dese cuenta de la cantidad de personas buenas y la cantidad de personas malas que hay. Las personas buenas y malas están en todos los espacios de la vida social: en la música, en la política, en los deportes, en la iglesia, etc. Por ejemplo, ¿Qué piensa de Putin y de Messi? El solo hecho de pensar en estos personajes, le hace sentir ideas y emociones diferentes.
Hay que darle un vistazo también a nuestros propios contextos. Revise su familia, su grupo, la empresa donde trabaja, etc. En esos espacios también hay gente buena y mala. Lo ideal sería de que sólo existieran personas buenas, pero la realidad es otra.
Que su meta en la vida sea ser una buena persona en dondequiera que esté. Sea una persona buena con su familia, con sus hermanos o hermanas de comunidad; sea una persona buena en su grupo o en su empresa. No desperdicie su vida siendo mosca en todas partes. Para ser una persona buena elimine de su vida la hipocresía, el odio, la envidia y el resentimiento.
Una persona es buena cuando ama sin medida, lidera bien a su grupo o comunidad y cuando siempre busca el bien para los demás. Una persona buena se va a caracterizar por sus excelentes relaciones humanas y una buena dosis de inteligencia emocional. Quien no tiene buenas relaciones humanas y no sabe manejar emociones, siempre será una piedra de tropiezo para sí mimo y para los demás.
Una persona buena hace el bien sin importar a quien e influye positivamente en el mundo por su calidad humana. Si quiere ser una persona buena y ser recordado como tal, entonces “sea humano” en su manera de pensar, sentir y actuar.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.