Estamos a un mes de que se cumplan los primeros tres años del gobierno de Juan Fernando López, para muchos hay cambios en la ciudad, y es verdad, pero no hay que olvidar que son meramente decorativos, maquillaje únicamente. Otro hecho que el ciudadano quetzalteco no debe dejar desapercibido es que, en su mayoría, los proyectos ejecutados fueron planificados y diseñados por el gobierno municipal anterior, que dejo en caja cientos de millones de quetzales, en síntesis no hemos visto la mano del actual gobierno municipal.
Lo que si esta comprobado son los excesivos gastos en dietas al Concejo Municipal, el incremento al sueldo del alcalde en más de un 100%, el incremento desmedido de plazas en la municipalidad sin justificación, el pago de estudios que no serán utilizados, como el del paso a desnivel cerca de tribunales, cuyo costo fue superior a los Q3 millones, obras mal construidas, como el redondel que esta en la salida de la ciudad hacia el municipio de la Esperanza, la destrucción de las áreas boscosas y la falta de control en las áreas protegidas del municipio. A todo esto se suma la opacidad en la ejecución presupuestal, excesivas reuniones de Concejo en restaurantes propiedad de los mismos concejales.
Ahora se han recetado un presupuesto de Q514 millones, Q61 más que el año anterior, y Q142 más de los que inicio su gestión. A pesar de tener mucho dinero disponible, no hay solución alguna a los grandes problemas de la ciudad. Cuatro problemas sin solución y sin planes para que exista una intervención que muestre alguna mejora.
No hay proyectos para una solución a largo plazo de las inundaciones. Desde inicios del siglo presente, debido al crecimiento desordenado de la ciudad, muchas zonas se inundan en la época de lluvia. Ningún gobierno municipal, incluyendo el de Fernando López han invertido para dar solución.
La basura es otro de los graves problemas de la ciudad. Hoy es una vergüenza recorrer la ciudad que se encuentra sucia, con basura y perros de la calle por todas partes, especialmente cerca del Templo a Minerva y en la Democracia. Lo peor es los efectos ambiental y de salud publica en el Valle de Palajunoj.
El transporte urbano pasa por adjetivos como: inseguro, pésimo servicio, buses en mal estado, violencia contra la mujer, descontrol, piratería y delincuencia. Este problema afecta seriamente el trafico en la ciudad, ya que, al no existir un servicio digno para el quetzalteco, este se ve en la necesidad de utilizar vehículo propio.
Mercados, ni se diga, insalubres, desordenados, inseguros. Con una terminal de buses que da vergüenza. El presupuesto aprobado no contempla cambio alguno.
La energía eléctrica ni se diga. La ciudad de Xela es famosa a nivel nacional e internacional por los apagones. Lo peor es que cada día más cara. Mal servicio, mayor precio, esta ecuación daña seriamente el bolcillo de los quetzaltecos. Y así puedo mencionar otros problemas, como la escases de agua, la inseguridad, la falta de control sobre el patrimonio ambiental y las propiedades del municipio, y el mal servicio al usuario en las instalaciones municipales, todo esto superado por la corrupción. Un periodo gubernamental más perdido, la única esperanza se centra en una buena elección en el 2023.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.