Cada 17 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Prematuro. El lema para este 2022 es: “El abrazo de los padres: una terapéutica poderosa”. La Organización Mundial de la Salud -OMS- estima que 15 millones de niños nacen de forma prematura en todo el mundo; 1.2 de ellos en América; se estima que de cada 10 nacimientos 1 niño puede ser prematuro.
La interrupción del embarazo antes de las 37 semanas se considera como un nacimiento prematuro. Los niños y niñas prematuros pueden tener secuelas debido a la inmadurez de sus órganos, como dificultad para respirar, incapacidad de regular su temperatura corporal, problemas para su alimentación, alteraciones en la retina, lo que les provoca retinopatía.
Los factores de riesgo pueden ser: madres adolescentes, hipertensión arterial, diabetes, infecciones, mal nutrición, embarazos múltiples, estilos de vida como el consumo de alcohol o tabaquismo.
Heidy García Franco, madre guatemalteca, comenta que cuando nació su primera hija de nombre Sayuri, fue prematura con un peso de 2 libras y 4 onzas, las enfermeras dijeron que había nacido muerta, pero al hacer la revisión médica tenía latidos, la llevaron a cuidados intensivos.
“Lo más duro fue regresar a casa sin ella pero todos los días iba al hospital para estar con ella como Mamá Canguro y extraerme leche materna para que fuera alimentada con sonda, hasta que cumplió seis semanas me la pude llevar a casa, toda la ropa le quedaba grande hasta la talla 0 de recién nacida”, comenta Heidy.
Hace unos días Sayuri cumplió 14 años y es una adolescente sana y con un alto rendimiento escolar.
En la red hospitalaria pública se brinda el cuidado de Madre Canguro que se basa en brindar calor mediante el contacto piel con piel con los padres, alimentación basada en la lactancia materna y un seguimiento estricto ambulatorio para que reciba los cuidados oportunos y mejore su calidad de vida.