No, no sea mal pensado, no es la frase o el cántico que llegamos a escuchar o a gritar en los graderíos del estado Mario Camposeco cuando apoyamos al equipo de nuestros amores, Xelaju MC. Así es, aquí –Guatemala- y allá –Estados Unidos- la gente se parte el alma con tal de proveer lo necesario a su núcleo familiar, con la diferencia que, allá –Estados Unidos-, existen condiciones mínimas y en el mejor de los casos, normales para que nuestros connacionales puedan desarrollar su trabajo en condiciones humanas y así enviar los emolumentos económicos –remesas familiares- para que la familia tenga lo necesario para vivir; acá –Guatemala- no sucede eso, la corrupción y la impunidad se han encargado de imponer un estilo de vida para los corruptos y corruptores y otro estilo de vida para la clase trabajadora, para el ciudadano de a pie. Así las cosas, aunque nos pongamos no 21 días sino el triple en ayuno y oración, nuestro país no saldrá de ese fango de inmundicia porque simple y sencillamente, los corruptos y corruptores son los que nos mandan a ayunar y orar, por supuesto a conveniencia de ellos y para terminar de amolarnos, con la bendición de la mayoría del clero para darle un tinte celestial.
Acá –Guatemala-, no hay educación, salud, seguridad, oportunidad de desarrollo, a pesar de todas esas vicisitudes, los hermanos que están trabajando en el sector maquila y agrícola –banano, azúcar, café y cardamomo-, con su trabajo se ha logrado que las exportaciones de estos productos cada año, se mantengan al alza. Definitivamente debemos reconocer que, la mano de obra de nuestros hermanos, es pilar fundamental para que los dueños del capital –empresarios- aumenten sus utilidades y obviamente su patrimonio, de allí la harta obligación del gobierno, de implantar salarios dignos, justos y ecuánimes para el sector agrícola.
Durante el último cuatrienio, las divisas por concepto de exportaciones fueron del orden de 39 mil 416 millones 53 mil dólares; el año 2011, fue el mejor, aportando un 28% del total. Así las cosas, un aplauso nutrido para los campesinos, jornaleros, tractoristas, maquinistas, cortadores, ensambladores, etc., que hacen posible estás actividades económicas, insisto, a pesar de los salarios paupérrimos que se les paga.
Allá –Estados Unidos-, la mayoría de nuestros hermanos trabajan en agricultura, construcción, restaurantes, carpintería, etc., casi, más de 12 horas diarias, muchos tienen dos trabajos, viven en apartamentos donde comparten los gastos con dos o tres familias. La mayoría, logra hacer realidad su sueño americano, es decir, envía su remesa para que su familia salga de esa condición inhumana donde lo tiene sometido el Estado.
En el último cuatrienio, las divisas por concepto de remesas familiares alcanzaron la cifra record de 46 mil 432 millones 200 mil dólares, es impresionante el aporte económico que nuestros hermanos están haciendo para nuestro país, solo en el año recién finalizado -2021- las remesas sumaron 15 mil 295 millones 700 mil dólares, es decir más o menos 118 mil 541 millones 680 mil quetzales -Q 7.75 por 1 $- no hay ninguna actividad económica en nuestro país, que supere el aporte de los inmigrantes. Las remesas familiares en el año 2021, fueron el 66% más que las divisas por exportaciones en ese mismo año. Por Dios, señor gobierno debe agradecerles públicamente a estos hermanos, ese aporte impresionante, también el sistema bancario guatemalteco, debe estar agradecido, porque en el traslado de las remesas familiares el sistema bancario cobra una comisión, incluso, hasta conmina a los familiares en Guatemala que deben abrir una cuenta bancaria o comprar seguros para poder recibir las remesas familiares. ¡Eso, no se hace!
Es imprescindible y urgente asesorar a las familias para que administren eficiente y eficazmente su dinero, porque esos aportes deben constituirse en el motor de desarrollo de cada familia, comunidad, departamento y del país. Por eso digo, aquí y allá el trabajo de nuestros hermanos es una bendición para nuestro país.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.