Por Douglas Pereira
Podemos decir que la economía es la “ley de la casa” porque el término griego de nomos al traducirlo al español es “ley”.
Actualmente la economía es considerada la ciencia social que estudia todo lo relacionado al consumo de bienes y servicios. Este sistema debe brindar las herramientas necesarias a la sociedad y al Estado para poder producir sus propios medios de subsistencia y las posibilidades de distribuirlas para ser consumidas o utilizadas.
Aunque en fines y medios la economía es autónoma, “tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento; no de cualquier ética sino una ética a favor de las personas».
Partiendo del correcto funcionamiento de la ética a favor de las personas y el estudio de los recursos existentes la economía debe desarrollar por medio de los Estados que gobiernan un método para satisfacer necesidades de sus ciudadanos, sin embargo la misma tiene características que le son propias, que día con día cobran importancia, tanto en el aspecto doctrinario, académico, como legislativo, ´pues no podemos dejar de indicar que éste es de relevancia en la vida de cada uno de los miembros de una sociedad que se desarrolló en un mercado determinado.
Los ciudadanos significan ser miembro pleno de una comunidad, tener los mismos derechos que los demás y las mismas oportunidades de influir en el destino de la comunidad. También supone el cumplimiento de una serie de deberes y obligaciones vinculados con contribuir al desarrollo de los Estados por medio de los Tributos, una de las principales fuentes de ingresos como medio modular de su contenido en los Decretos aprobados por los Órganos competentes de su aprobación (en Guatemala el Organismo Legislativo).
Partiendo de esto queremos compartir una visión general acerca de aquellos sistemas económicos que han esclavizado a las personas y las consecuencias breves de las mismas. Haremos un poco de historia entre los siglos XVIII y XIX surgen grandes pensadores como: Locke, Hume, Tocqueville, Rousseau…, estos hombres exaltaron al individuo y la libertad hasta provocar incluso sociedades que hacían lo que se les viniera en gana. Afanados por sus intereses solo les importaba la competencia, ¡la sociedad parecía una selva, donde el más fuerte dominaba! Sobre estos ideales apareció el sistema económico del Capitalismo.
El Capitalismo, de entrada, menciono que es un sistema económico muy eficaz para mejorar la producción. Con este nuevo sistema, el tiraje de producción ya no se cuenta en decenas sino en millares, y esto solo por decir algo, pero ahí está el detalle, ¿ a dónde va esta cantidad inmensa de producción? La respuesta no es difícil, ¡la victima eres tú!… digo, el cliente eres tú. Se creyó que produciendo mucho, nadie quedaría sin tomar algo: “¡aprovecha son las últimas ofertas!” “¡Estrena hoy y paga después!” “¡amig@, ponte a la moda!” ¿Has escuchado estas invitaciones? Bueno es parte de lo mismo, el objetivo es vender todo cuanto produce la empresa, porque según este sistema ¡vales cuanto consumes!
Por otro lado tenemos el sistema económico como socialismo. Este planta los valores de tu persona en la sociedad, la cual queda por encima de ti, además hace que los poderes de la sociedad pasen a concentrarse en manos de algunas personas privilegiadas.
Todo desemboca en el hecho de que tú dependas completamente del sistema económico de producción, perdiendo toda tu libertad y capacidad de responsabilidad.
También de quita toda posibilidad de iniciativa y elección. ¡Vales en cuanto produces!
Las realidades son latentes y lamentables en todos los aspectos de los diferentes sistemas económicos existentes solamente nos queda pedir sabiduría a Nuestro Padre Celestial para tener un punto de equilibrio y poder salir adelante día con día en este mundo tan globalizado y competitivo.