Ante la crisis desatada desde hace varios años en algunas instituciones de Guatemala, ¿Cuál es la causa de todos estos desmadres que se han convertido en el pan de cada día de los guatemaltecos? La corrupción y los asaltos son un cáncer que a diario se está extendiendo en todo el país. ¿Qué hacer para salir de esta crisis? A cada cuatro años se hace un montón de promesas, pero solo se quedan en “promesas”, porque al finalizar los cuatro años la realidad sociopolítica no cambia sustancialmente ¿Qué hacer para que este círculo vicioso se termine de una vez por todas?
¿Qué tiene que suceder en Guatemala para ver un nuevo amanecer? Considero que en el país hay que invertir en educación. No veo otra forma de salir de la crisis. En la actualidad se pueden encontrar paliativos que ayuden a mermar la crisis, pero éstos solo sirven para “taparle el ojo al macho”, porque no combaten los problemas desde la raíz. Si de verdad se quieren hacer cambios en todo el país, éstos deben comenzar a gestarse en el seno de las familias. La primera escuela formadora de valores es la familia; y quien no los adquirió y practicó en su casa, difícilmente los aprenderá y aplicará en un puesto de trabajo.
“La familia es la célula original de la vida social…la autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la igualdad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida en familia es iniciación de la vida en sociedad”, (CIC. No. 2027).
San Juan Bosco afirma que debemos ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Y es que detrás de un buen cristiano y un ciudadano honrado, siempre hay una buena familia. Por el contrario, detrás de un corrupto, un delincuente hay una familia. Nadie puede dar lo que no tiene. No se le puede pedir peras al olmo, es decir, no se le puede pedir valores a una familia en donde los valores son un cero a la izquierda.
El libro Vayan y enseñen del CELAM (2011: P. 34) se afirma que aún cuando en el cambio de época haya familias en crisis, la institución familiar sigue teniendo como modelo a la familia de Nazaret. En ella la persona descubre con mayor claridad los motivos y el camino para pertenecer a la familia de Dios. Los conceptos de verdad, fe, amor, justicia, respeto, libertad, responsabilidad, entre otros, se aprenden en la familia.
Los malos y buenos hábitos se asimilan en el hogar. Es recomendable que los padres de familia tomen conciencia de lo que significa traer hijos al mundo, y traten por todos los medios de formarlos en valores. El documento antes citado (2011: Pp. 34-35) dice que “por el hecho de haberles dado la vida, los padres asumieron la responsabilidad de ofrecer a sus hijos condiciones favorables para su crecimiento y la grave obligación de educarlos. La sociedad ha de reconocerlos como los primeros y principales educares. El deber de la educación familiar, como primera escuela de virtudes sociales, es de tanta trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse. Este principio es irrenunciable. Entonces, urge comenzar a formar integralmente desde el hogar.
La familia es la cuna en donde se cultivan los valores. Una persona bien educada, será una buena semilla en cualquier espacio de la sociedad. Para construir una verdadera civilización del amor, el protagonista en el seno de las familias debe ser Dios.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.