La “Compañía de Jesús”, orden religiosa conocida como “los jesuitas”, fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1534 para hacer frente a la reforma protestante y como apoyo al Papa, buscando mediante la educación y acción misionera, reconquistar la fe católica. Pronto adquirieron gran prestigio en Europa y otras partes del mundo.
En 1606 fundaron en Santiago de los Caballeros (hoy Antigua Guatemala) el colegio “San Lucas”, y más tarde, en 1690, el de San Francisco de Borja en la misma Ciudad. En 1767 fueron expulsados por un piquete de “Dragones” ordenados por el Fiscal Felipe Romana y Herrera, atendiendo instrucciones del Rey Carlos III, monarca Borbón temeroso de que la educación que ofrecían los Jesuitas en sus colegios y seminarios fuera adversa al sistema absolutista que la Corona imponía, acusándoles también, aunque falsamente como instigadores del Motin de Esquilache. Entre los Jesuitas expulsados estaba el poeta Rafael Landívar, autor de la Rusticatio Mexicana, magnífica obra escrita en latín.
Años más tarde, en 1844, asume el poder el Brigadier Rafael Carrera y Turcios, quien firma una alianza con el Vaticano – un Concordato – con lo que la educación recuperó su fuero religioso de tipo neo-escolástico y con ello los jesuitas vuelven a Guatemala en 1851, estableciéndose en la Ciudad Capital y en Quetzaltenango. Como sabemos, pocos años antes el Jefe de Estado Doctor Mariano Gálvez (quien gobernó de 1831 a 1838), había impuesto el sistema Lancasteriano en la educación.
Los jesuitas fueron nuevamente expulsados del país por orden del General Justo Rufino Barrios, para volver el año 1938 en forma definitiva y hacerse cargo de la Iglesia de la Merced. Fundan la Universidad Rafael Landívar en 1961, y colegios como el Liceo Javier y el Colegio Loyola. Poco antes de su expulsión ordenada por Barrios, los Jesuitas fundaron en Quetzaltenango el Colegio Seminario de San José de Calasanz y construyeron la Iglesia de San Nicolás en el lugar que hoy ocupa el Parque dedicado a la Madre, contiguo a lo que fuera el Colegio de San José, hoy Instituto Normal para Varones de Occidente, INVO. La Iglesia quedó destruida a causa del terremoto de 1902 y tuvo que ser derribada.
Su expulsión de Quetzaltenango se debió a que por influencia del gobierno liberal fueron acusados por el Cabildo de Quetzaltenango de incidir en la conciencia de sus alumnos, y de incitar a la rebelión; bajo este argumento fueron expulsados y enviados a la Capital, de donde se les ordena su salida del país, trasladándose a Costa Rica. Inmediatamente Justo Rufino Barrios “atendió” la solicitud del Cabildo quetzalteco ordenan do la instalación del Instituto Nacional en las propiedades que pertenecieran a los Jesuitas y en donde había funcionado el Colegio y Seminario de San José.
En julio de 1872, Justo Rufino Barrios ordenó la nacionalización de los bienes de los Jesuitas, con lo que el antiguo edificio del Colegio de San José de Calasanz pasó a ser en definitiva el Instituto Nacional, y más tarde Instituto Nacional para Varones de Occidente, INVO, financiado con el producto de la finca “El Patrocinio”, también confiscada a los Jesuitas.
El actual edificio en que funciona el INVO fue construido entre 1907 y 1914 bajo la dirección de los arquitectos Mariano Guerrero y Carmen Rímola. Trabajó como Maestro de obra don Agatón Boj Velasco. Al mismo tiempo se fundaba el Instituto como entidad educativa, según lo dispuesto en Acta Municipal del 11 de Agosto de 1871 que, entre otros puntos, expresó como justificantes: “impedir que se gaste infructuosamente los siete años más preciosos de los jóvenes estudiantes en el estudio estéril del latín”, así como: “Proponer al Gobierno provisorio la secularización de la educación conforma a las exigencias del siglo”.
El primer director del Instituto fue el cubano Anselmo Valdés quien al igual que José Martí llegaron al país invitados por el gobernante Miguel García Granados. El INVO en sus más de cien años de historia ha graduado a distinguidos ciudadanos; entre ellos a ex-presidentes de la República de origen quetzalteco: Manuel Estrada Cabrera y Jacobo Arbenz Guzmán. Estudió allí el también liberal y quien más tarde sería presidente de la Republica: José María Reina Barrios.