Existe un problema importante en el desempeño sexual de cada personas, que se basa en los sentimientos que tiene a cerca de las metas que se ha propuesto sexualmente alcanzar, basándose estas en por ejemplo en el tiempo de duración de una erección, en el tiempo para eyacular, en alcanzar al menos un orgasmos o en el número de orgasmos a tener.
Sin embargo esto puede desencadenar en la persona un cuadro de ansiedad, considerando que la ansiedad es solo una enfermedad subyacente cuando los sentimientos se vuelven excesivos, en todo momento e interfieren con la vida cotidiana de la persona. La ansiedad sexual se manifiesta por preocupación y miedos intensos, excesivos y continuos ante situaciones sexuales, es posible que se produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio.
Muchas veces las personas que se plantean metas sexuales que lleven números: 5 minutos para no eyacular, 3 orgasmos, 20 min de erección, sufren de ansiedad por desempeño sexual, lo que lleva a la persona a tener “miedo de fallar” (pensando siempre en la valoración de la pareja).
Resulta importante también el hecho de considerar que se empieza a pensar en el resultado de lo que sucederá la próxima vez, desde el momento en que se termina la relación coito genital actual, si en la reciente relación coito genital, siente que “fallo”, el temor se apodera de la persona convirtiéndose en una reacción de ansiedad por desempeño sexual.
Cuando vemos paciente con eyaculación precoz, impotencia sexual, anorgasmia, vaginismo o cualquier otra disfunción sexual, es muy probable que si ya se descartó alguna problemática médica como causa, encontremos que la ansiedad por desempeño sexual es la causa más importante a considerar en este tipo de disfunción.
Es entonces muy importante no establecer metas numéricas en el proceso de la relación sexual, aprender que es más importante la sensación de satisfacción de haber podido integrar la intimidad personal con la pareja y quedarse plenos. Esto se consigue con comunicación, con comprensión, con trabajo. Vamos a encontrarnos muchas veces confrontados a paradigmas que hemos aprendido, donde nos hicieron en algún momento creer que era “mejor” el que más podía, que era “mejor” el que más aguantaba. Sin embargo ese tipo de calificativos de “mejor y peor” únicamente aumentan la ansiedad con lo que se llega a la relación coito genital.
En el momento en que la persona se ve enfrentada de nuevo a la relación coito genital, empieza a sufrir, adelantando el resultado “voy a fallar, no lo voy a conseguir”, ejerce un bloqueo en todos los sistemas de la respuesta sexual y……vuelve a fallar, situación que se convierte en un círculo continuo, que hace que al final la persona trate entonces de alejarse de todo lo que lo pueda llevar a una relación coito genital, porque ya se estigmatizo con “yo no puedo”.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.