Ambos hijos de padres panaderos, el matrimonio de Pedro Manuel Cutz Gutiérrez y Margarita Martha Soch deciden emprender un negocio, por lo que alquilan un horno a uno de sus abuelos; don Pedro se dedicaba a elaborar el pan y Margarita de distribuirlo en un canasto, por las calles de Totonicapán, e incluso vendía en San Cristóbal.
Con el tiempo se dan cuenta de que el negocio se hace rentable, luego el esposo logra adquirir un terreno donde inicia la casa matriz, en 1942. Poco a poco se empezaron a dar a conocer sus productos, y la demanda fue más alta, sobre todo por el característico sabor del pan de yemas, el producto líder de La Vienesa, nombre que se le colocó años después, porque al principio se llamaban La Selecta, pero al decidir llegar a Xela ya había una panadería denominada así.
Con el tiempo, el éxito de la panadería empieza a dar sus frutos, abriendo la segunda tienda en la avenida Jesús Castillo, zona 2 de la ciudad, luego crece, hasta hoy son 10 panaderías en Xela, y cuatro más, distribuidas en Almolonga, Momostenango, San Francisco El Alto, y San Cristóbal Totonicapán; la casa matriz está ubicada en la cabecera de Totonicapán, y distribuye producto a otras empresas del lugar.
Entre 45 a 50 productos distintos son los que ofrecen a la población, además del característico pan, los que poseen en las cafeterías, y otros como chocolate en polvo y en tableta, que llevan el mismo nombre, creado por ellos mismos.
Este negocio es familiar, los fundadores criaron siete hijos, los mayores apoyaron conforme fueron creciendo, y más cuando don Pedro Manuel falleció; a principios de los años ochenta, los dos hermanos menores comenzaron a apoyar, entre ellos Fredy Cutz, quien se hizo cargo 35 años, el menor viajó, y hasta hace dos años regresó a Guatemala, para apoyar a la administración; hijos y sobrinos están involucrados, quienes con el tiempo innovan para mantenerse en el mercado.
Según la anécdota, relatada por Fredy Cutz, gerente administrativo, Erick Daniel Paz, uno de los trabajadores, que era amante de la lectura, sugirió el nombre La Vienesa, como gentilicio de Viena, debido a que fue una de las primeras ciudades de Europa en producir pan; ese mismo amigo sugirió el eslogan “haciendo las delicias de su mesa”, y ahora, por los 75 años, se le agregó el lema “una costumbre hecha historia”.
Sin embargo, el camino no es fácil, según palabras de Cutz, pues ha habido altibajos, sobre todo cuando la economía no era favorable, pero la perseverancia ha sido clave, además, menciona que ha ayudado mucho que con el tiempo la gente se identifica con la marca, por ello, tratan de mantener la calidad del producto, traído desde Totonicapán, aunque lleve más inversión, “buscamos vender calidad en cada producto, por eso nuestros precios se ajustan a los costos de su elaboración y distribución”.
La Vienesa celebra su 75 aniversario el 17 de octubre, porque en esa fecha se celebraba el cumpleaños de doña Margarita Martha, y para el festejo, se han realizado diversas actividades culturales y sociales, para hoy martes está programada una alborada a las 4 horas, misa seguida de los colaboradores, luego una visita al cementerio, también almuerzo con trabajadores, y a partir de las 14 horas un concierto en el parque San Miguel, Totonicapán, con la participación del grupo Los Francos, y a las 19 horas una cena de gala en el salón de usos múltiples con invitados especiales, y desde las 21 horas un baile social, donde estarán Los Francos y la Marimba Sonora de Plata.
La última celebración se tiene planificada para el viernes 20 de octubre, con un baile benéfico a las 20 horas en el salón de usos múltiples de Totonicapán, el costo es de Q25, los fondos serán donados a los Bomberos Voluntarios de dicho municipio.