Hace algunas semanas escribí y publiqué, en este periódico digital, un artículo sosteniendo la hipótesis de que, si superan los cuestionamientos que enfrentan las tres mujeres que encabezan las encuestas como aspirantes a la candidatura presidencial en las presentes elecciones, una de ellas, puede llegar a la presidencia; también señalaba los argumentos que respaldan tal hipótesis. Hoy, dadas las condiciones y acontecimientos que estamos observando en este proceso electoral, no solo ratifico mi hipótesis sino, adicionalmente, la veo fortalecida pues, irónicamente, los preocupados o hasta temerosos de que esta posibilidad pueda convertirse en realidad, son precisamente éstos (los preocupados y temerosos), quienes, de lograr participar con el reconocimiento oficial estas tres mujeres, se habrán convertido en sus principales propagandistas. Así, de superar las dificultades que confrontan, si una de ellas logra alcanzar el triunfo, deberá agradecer a sus detractores, el triunfo alcanzado, gracias a la propaganda gratis que permitió, impulsarla a la presidencia, como eventualmente puede suceder.
Independientemente de cuanto ha sucedido, está sucediendo y más adelante pueda suceder en este proceso electoral, tal evento, nos está proporcionando hechos y sucesos que enriquecen la posibilidad de análisis de todo el proceso. Por un lado, nos confirma la misoginia, principalmente, el machismo campirano enclavado en la cultura de quienes todavía no superan el patriarcado que, cultural e históricamente, vivieron sociedades en siglos pasados. También nos confirma que, desafortunadamente, hay mentes que se congelaron desde el pasado y pretenden ubicar a la mujer, como un sujeto inferior social, cultural y hasta espiritualmente. A quienes caigan en este rol o para decirlo coloquialmente, a quienes les quede el saco, hay que recordarles que estamos en la segunda década del SIGLO XXI; que, por esfuerzo, lucha y mérito propio, la mujer ha alcanzado el lugar que ocupa en la sociedad; ver a la mujer como algo inferior y tratarla discriminatoriamente es cosa del pasado: además de ser menos corrupta, hay muchos atributos más de la mujer que, dicho con el debido respeto, se necesita padecer de microcefalia para no reconocer el lugar que meritoriamente, ha alcanzado hasta nuestros días. Ejemplos para reconocer los méritos que por esfuerzo propio ha alcanzado la mujer en el mundo, hay y en abundancia: científicas y profesionales en todas las ramas del conocimiento; funcionarias de todo nivel en muchos países del mundo, artistas, tecnócratas, intelectuales, en fin, en todo y por todo, se han equilibrado con los hombres en el medio urbano y rural. Esto no significa que todo sea perfecto en términos absolutos; como en todo: hay bueno, regular y malo; hay hombres y mujeres con virtudes y defectos, pero, eso, es otro cantar.
Volviendo al título de nuestro tema. A partir de que trascendió que tres de las aspirantes a la presidencia de Guatemala, encabezan las encuestas, arrancaron el pacto de corruptos e instancias del oficialismo que pueden hacerlo, con una serie de subterfugios y mañoserías legaloides, para impedirles su participación en el proceso electoral. Esa infame maniobra, señoras y señores; estimados lectores, solo tiene un nombre: MIEDO Y PÁNICO. No puede calificarse de otra manera. MIEDO: porque saben que fácilmente, una mujer, puede ganar y llegar a la presidencia. PÁNICO: porque a todos los corruptos, corruptores y los que al amparo del poder se han y se siguen enriqueciendo, se les acabaría el mega negocio de la robadera y, lo que más les preocupa: si son investigados, terminarían en la cárcel haciéndole compañía a otros que están en prisión por los mismos delitos que ellos han, están y pretenden seguir cometiendo. A estos corruptos, hay que decirles, como dice el Chapulín Colorado: QUE NO CUNDA EL PÁNICO. Lo que para Guatemala y los guatemaltecos, es preocupante y sería lamentable, es que los malosos del pacto de corruptos, e instancias del oficialismo, aprovechándose del poder que ejercen, lograran sus propósitos; los perdedores serían: la sociedad guatemalteca, principalmente los pobres y en especial, los hospitales, la educación e infra estructura en general, que seguirían saqueándose si quien llega, no cumple con lo esperado de combatir la corrupción y la impunidad.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com