PUNTUAL
La palabra respeto está desapareciendo en la práctica, porque difícilmente se pondera y aplica como un estandarte en el diario vivir.
La gente no respeta el derecho ajeno, menos en las calles donde prevalece la anarquía y ciertos grupos sociales son menos considerados, como los adultos mayores y las mujeres.
No se respeta el que otros piensen diferente y menos se respeta lo que no resulta como algunos quieren. Me voy a referir a los certámenes de belleza y cultural de los últimos días, para ilustrar que necesitamos volver al respeto.
Cuando se eligió a la nueva Señorita Quetzaltenango 2019, Lucía de los Ángeles Alvarado Cayax, inmediatamente salieron las faltas de respeto, que por qué había ganado ella y no otra. Sencillo, el jurado así lo decidió y se debe acatar, es decir, respetar. Si no les parece, igual, respetar y contenerse en sus comentarios.
Con la falta de respeto aflora el odio, el resentimiento y tantas cosas más, hasta la discriminación étnica, porque la gente se pregunta si por el apellido está bien que ella sea la reina o no, como si el origen definiera los resultados.
Si no les parece, por qué no participan o proponen. Juzgar es fácil, pero participar requiere valor. Debo reconocer que las participantes se arriesgan a todo, no solo a perder.
Y cuando fue la elección de la nueva Umial Tinimit Re Xelajuj No’j 2019, Karla Yisel Racancoj Pacajá, no solo hubo desorden -falta de respeto- sino que siguen las inconformidades con el resultado, alegando fraude. Desde ese momento dije que no hay tal cosa, sino que hubo falta de discreción del jurado porque habría filtrado el nombre de la ganadora antes de dar públicamente el veredicto.
Eso no quiere decir que ella, la ganadora, sea la mala de la película, por lo tanto, se merece nuestro respeto y admiración, porque a pesar de los hechos de desorden en la velada, mantuvo la calma y la prudencia.
Debemos respetar hasta lo que no resulta conforme a nuestros deseos, como el caso de las reinas ganadoras. Valorar a la mujer es un principio que va más allá de todo, pero comienza con el respeto.
El respeto es una llave que muchos perdieron desde hace rato y por eso no encuentran manera de abrir puertas.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.