PUNTUAL
En el día después del 14 de febrero escribo algunas ideas sobre el afecto al prójimo. Partamos de la pregunta si tenemos verdaderos amigos o son solo conocidos y/o afines por cualquier circunstancia de la vida. Cuando la pregunta es objetiva, cada uno tiene una cifra muy personal.
La amistad más que una empatía, es un valor. Porque representa hermandad, cariño y apoyo.
Mucha gente no tiene amigos y muchos tienen incontables. Creo que el número no importa sino la calidad y por encima de ello, el apego. Una persona no solo se puede cualificar por sus recursos materiales, sino por sus amistades. Dime con quién andas…
El carácter personal es determinante, porque un colérico no tiene los amigos que tiene un melancólico, como tampoco un sanguíneo puede compararse con un flemático. No es que uno sea malo y otro bueno, sino que la conectividad entre personas se da por semejanza.
Trayendo a mi mente a los amigos, tengo más afinidad por los que estudiaron conmigo, por quienes compartimos el gusto por correr y especialmente por quienes me crítican y aconsejan. Pero ¿qué es lo que construye ese afecto? Esto es lo que he visto en mis amigos:
Interesarse por al amigo y no es solo quedarse en la pregunta: ¿Cómo estás? Sino que, en reafirmar, por ejemplo, si la respuesta es: estoy bien; completar con un qué bueno. Y si la respuesta es negativa, igualmente reafirmar con un todo va a estar mejor.
La segunda acción es ofrecer apoyo, en qué te puedo servir. La primera vez que un amigo me dijo que si no nos servimos no éramos amigos, no lo entendí, el tiempo le dio la razón. No es interés, es reciprocidad.
Saber escuchar, porque no solo a las mujeres les gusta que las escuchen, a los caballeros también; la clave es entender cuándo hablar y cuándo ser oyente. La fraternidad no solo es para compartir cosas buenas, también para desahogarse, participar anhelos y/o esperanzas. Los verdaderos amigos están en los peores momentos.
Tus mejores amigos no necesariamente tienen que tener tu edad, en la variedad de opiniones está la sabiduría. Por ello, tu primer amigo debe ser tu papá, en el caso de las mujeres, su mamá, con la claridad de no confundir la autoridad que representan.
Sin amigos el tiempo pasa más lento, los resultados tardan en llegar y el camino se hace largo. Por lo anterior, un consejo vale más cuando sale de quien te aprecia. La aceptación de la crítica es parte de saber escuchar y comprender para continuar.
Finalmente, hablar de la amistad es más relevante de lo que crees, porque tú eres el promedio de tus relaciones. Piénsalo.
Periodista, comunicador y académico. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos. CEO de LA VOZ DE XELA, conferencista y profesor universitario.