Recordamos ese día fatídico en que el primer caso de Covid-19 llego a Guatemala, con una llamada telefónica el Presidente recibió la noticia, en su mirada había tanto que interpretar, en sus gestos mucho para analizar y en su sonrisa forzada una gran incógnita. ¿Cuál sería el destino del pueblo de Guatemala?
Inmediatamente se tomaron decisiones, muchos alababan el hecho de que el Presidente se graduó de médico. Se cerró el país en un 90% los primeros 30 días. Se canceló la celebración de la Semana Santa, a costa de miles de empresas del sector turismo y millones de guatemaltecos que tenían centradas sus esperanzas en la actividad económica que genera en el año las vacaciones de la semana mayor. Los medios de comunicación difundieron el impacto de la pandemia en el mundo y sumieron en el miedo y la desesperanza a todos los guatemaltecos. Cuatro meses después cientos de empresas quebraron, miles de plazas de empleo se cerraron, la economía se afectó y la pobreza aumento.
Con el miedo como elemento de control, de manera inmediata se convocó al Congreso para aprobar incrementos presupuestales y fondos adicionales para atender la crisis sanitaria. Se anunció la construcción de hospitales temporales en todo el territorio nacional. En el caso del parque de la industria el Presidente anunció la construcción de un hospital de dimensiones extraordinarias, único en centro américa. Las donaciones llegaron de inmediato. Los Decretos del Congreso se aprobaron, más de Q31 mil millones de quetzales. Este monto es el equivalente a Q1,800.00 para cada ciudadano guatemalteco, lo que tendría a una familia de cinco integrantes con un capital de Q8,000.00; para usted en la ciudad puede ser poco, pero una familia en Todo Santos, o en Tacana, para ellos sería una cantidad de dinero capaz de convertirse en el capital de un nuevo negocio, esto sin decir que una comunidad completa tendría en sus maños este monto, el que haría mover en miles de millones la economía del país.
Sin embargo nada de eso se hizo realidad, a la fecha no se tiene idea de ¿dónde están los millones?, y ¿cuántos son en realidad? Revisando los datos, resumo los montos aprobados: Del 24 de marzo al 5 de abril, el Congreso aprobó los Decretos 10, 11, 13, 14, 16, 17, 18, 19 y 20- 2020, por un monto de Q25 mil 961 millones de quetzales. Es verdad que el destino de los prestamos es diverso y no solo para la atención de la pandemia, pero ¿por qué correr en plena crisis y estado de calamidad para la aprobación? A esto se tiene que sumar los más de Q80 mil millones del presupuesto anual de la nación.
Con todo este dinero en manos del gobierno y con el pico de contagios en lo más alto, 45 mil, el número de muertos por arriba de 1,600, el domingo 26 de julio el Presidente da la orden de que se abra el país, con la excusa de que un semáforo define el momento y la forma de activar la economía. Cuando marque rojo todo puede funcionar al 50%, en naranja al mismo 50%, en amarillo al 75% y en verde al 100%, pero esto ya no es responsabilidad del gobierno, afirma Giammattei y la Ministra de Salud. Si quieren volver a la normalidad deben buscar, ustedes solos el color verde.
La normalidad que ofrece el gobierno tiene las siguientes características: Hospitales colapsados, sin insumos, sin medicamento; médico y personal de salud enfermos, algunos muertos; transporte urbano higienizado y caro; miles de empresas en quiebra, miles de desempleados, pobreza por arriba del 60%, la brecha de desigualdad más profunda.
En estos momentos es imposible saber los resultados de las decisiones tomadas por el gobierno de Alejandro Giammattei, pero el panorama es oscuro, el pueblo está a su, hoy sí, libre albedrio. Lavarse las manos, usar mascarilla en todas partes, el distanciamiento social, son apenas algunas de las medidas básicas de cuidado. No asistir a fiestas, centros comerciales lugares de mucha circulación de personas es importante, porque algo que, si esta claro, es que el gobierno nos abandonó a nuestra suerte, al fin y al cabo, ya tienen los millones en sus bolsillos.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.