La felicidad individual y social, no depende de las autoridades de un país, depende de uno mismo y del Ser Supremo. Las autoridades sólo deben garantizar la seguridad ciudadana, infraestructura vial, las diferentes libertades fundamentales del ser humano; entre otros Derechos Humanos.
Pero también, depende desde qué punto de vista se desea comprender la felicidad. Ejemplos: Si yo creo, que el dinero me propicia la felicidad, entonces, no seré feliz con lo que tengo. Si creo, que ocupar un alto cargo público o privado, me proporcionaría la felicitad, nunca seré feliz.
Ahora bien ¿Qué es la felicidad? Al respecto, los psicólogos con frecuencia motivan a las personas, exhortándolas: “Hagan lo que más les gusta hacer.” Cuando los escuchamos, surge la pregunta ¿Estaré haciendo lo que más me gusta? En mi caso, cuando dialogo con docentes u otros sectores, los exhorto: “Si no les gusta o no mucho les gusta lo que están haciendo, -por favor-, procuren que les guste.” Por lo mismo, creo, que un alto porcentaje de la Población Económicamente Activa, -PEA-, no se desempeña en lo que más le gusta hacer. Ejemplos, algunos estudiaron la carrera del Magisterio porque no había otra carrera o porque los padres los indujeron. En la Universidad muchos estudian la carrera de Abogacía o Medicina, porque pronto serían prósperos económicamente. Por lo anterior, surge la aseveración de que no todos están haciendo lo que les gusta hacer.
No obstante, recordemos que la felicidad no es un fin en sí mismo, es un medio. Es decir, la felicidad es una construcción permanente durante la vida del ser humano, obvio, desde lo que cada día realiza. La felicidad no es más que ser feliz con lo que la persona tiene y no con lo que no tiene. En este sentido, si usted es docente debe ser feliz cada día realizando esa bella actividad y no desear la felicidad hasta que sea Ministro de Educación. Si usted es estudiante procure ser feliz estudiando y no esperar ser feliz hasta que se gradúe. Al disfrutar lo que hacemos día a día, también, nos induce a plantear nuevas metas. Por lo mismo, como conclusión: La felicidad no es un fin en sí mismo, sino un medio que se realiza día a día para llegar a la felicidad. Desde esta perspectiva, hay que disfrutar la familia, la presencia de los abuelos, disfrutar el ambiente natural de los bosques, la caída de la lluvia, el paso de la luna por la noche, etc. Asimismo, la felicidad se logra cuando valoramos lo extraordinario que somos en el universo, -en realidad-, somos una maravilla. El Sol es maravilloso pero no siente. El agua es tan importante pero no piensa. El aire es fundamental para la vida pero no tiene tacto. Por lo mismo, debemos lograr la felicidad con las capacidades, destrezas y cualidades que tenemos. Aceptar nuestra naturaleza individual, nos conducirá a la felicidad. Por todo lo anterior, les deseo un feliz y próspero año 2019.