Muchas personas viven una vida secreta y de vergüenza, que a veces les duele mucho más que sus preferencias sexuales. Con décadas de secretos y sentimientos de culpa, que declinan la función y la intimidad sexual.
Algunas personas que viven sus Secretos Sexuales en silencio, sufren, porque tienen temor de no ser aceptados dentro de la sociedad en la que se desenvuelven, plantearse el rechazo social hace que la expresión de su sexualidad se convierta en algo secreto, sin embargo es también importante hacer mención que esto ha ido cambiando de generación en generación y encontramos hoy jóvenes con más posibilidad de defender sus sexualidad sin temor, tienen más oportunidad social de expresar libremente su sexualidad, encuentran grupos de apoyo en los cuales son aceptados, el problema radica más profundamente en las personas mayores de 40 años, que han vivido en una sociedad restrictiva y muchos han optado por tener una doble vida sexual para no perder la aceptación social.
Recordar que existen derechos sexuales y reproductivos que cada persona posee, con la finalidad de obtener salud sexual, claramente lo expone la Organización Mundial de la Salud OMS: Salud Sexual: es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad, no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud.
Pero alguna parte de la sociedad a través de juicios y de críticas destructivas, orillamos a las personas que tienen una tendencia sexual diferente de lo que se considera “bueno” a actuar bajo la sombra, teniendo una vida sexual “secreta” donde los riegos de ser violentados física, mental y espiritualmente aumenta, teniendo estudios realizados específicamente en poblaciones homosexuales en Gran Bretaña encontrando que los adolescentes de 15 a 23 años de edad que abiertamente habían expresado su homosexualidad, habían sido víctimas 3 veces más de violencia, lo cual no difiere mucho en América Latina.
No se trata de tendencias “buenas y malas” (en la doble moral social se coloca términos como bueno o malo), se trata de que el ser humano tiene libertad de expresar su sexualidad según sus decisiones, lo importante es que esta expresión no cause daño a otra persona, se trata de convivencia pacífica y con libertad de elección.
Ayudar a proteger a los más vulnerables se logra a través de desarrollo de igualdad de derechos, igualdad de responsabilidades, donde no exista la discriminación por identidad sexual.
Somos una sociedad llena de “personas” con pensamientos que muchas veces difieren totalmente, sin embargo somos “humanidad” que debe aprender a convivir con la verdad, que aunque en algún momento no sea lo que la sociedad acepta como “bueno” es la realidad en la que muchos otros viven, aprender a valorar al ser humano de forma integral: sus pensamientos, sus actos, sus valores, sus aportes sociales y personales, llegaremos a descubrir que mucho de lo juzgamos nos ha ayudado a alcanzar el papel que como sociedad jugamos hoy.
“He aprendido a no intentar convencer a nadie, el trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro” José de Saramago.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.