Permítanme contarles que no hay secreto para el éxito.
Todo lo que he podido experimentar es que para alcanzar objetivos de vida se necesita disciplina y perseverancia, que además no se alcanza éxito, sino que se camina exitosamente cada día.
Algunos creen que se llega al éxito tan fácilmente como si fuera una carrera de cien metros planos, pero no, es una carrera de cinco kilómetros con obstáculos.
Cervantes solía decir que la diligencia es la madre de la buena suerte, pero tampoco es cierto.
El éxito en la vida no tiene que ver con la buena suerte, no tiene que ver con el lugar adecuado ni con el momento oportuno.
Muchos gobernantes de Latinoamérica estuvieron en el lugar adecuado y en el momento oportuno, pero lamentablemente por su ineptitud perdieron beneficios para su Estado y sus países.
Lo mismo pasa en este momento con líderes, empresarios y administradores de empresas, están en el momento adecuado y en el momento oportuno, pero lamentablemente han llevado a la quiebra o al fracaso a sus respectivas organizaciones y empresas.
En la Biblia aparece registrada la historia de Jeroboan, hijo de Salomón, quien perdió en tres días el ochenta por ciento de la riqueza acumulada por su padre y por su abuelo, y estuvo en el lugar adecuado y el momento oportuno.
Sí es importante trabajar duro y diligentemente, pero tampoco es solo eso.
Creo, en lo personal, que para caminar exitosamente en la vida tenemos que crecer internamente, formar nuestra personalidad y carácter en principios y valores, tales como:
En síntesis, al contemplar estos conceptos nuestro ser cambia internamente, y naturalmente se transformará mi comportamiento que impactará mi hacer; lo cual se convierte en pragmatismo, procesos, relaciones interpersonales y actitud mental positiva, ingredientes necesarios también.
Solo cuando hayamos observado y puesto en práctica estos principios y valores, estaremos preparados para poder edificar matrimonios sólidos, familias integradas, empresas éticas, organizaciones transparentes y audaces, etc.
Creo pertinente hablar de un agregado indispensable, el cual se llama liderazgo, cuyo concepto esencialmente es: la capacidad de una persona de influenciar a los demás para alcanzar objetivos comunes, también es la capacidad de poder servir sin esperar recompensa; enseña, dirige y a su vez forma otros líderes en principios y valores, cuyos resultados son inimaginables, logrando el crecimiento de todas las instituciones en donde se hace liderazgo; eso es caminar exitosamente cada día.
El hombre, padre de familia, empresario, administrador debe ejercer liderazgo para hacer los cambios que nuestra sociedad está necesitando en este momento, hablo de liderazgos transparentes, audaces y éticos.
En conclusión, no hay secreto para el éxito, se trata de disciplina, perseverancia, trabajo tesonero, no es cuestión de suerte, ni de lugares adecuados, ni de momentos oportunos, se trata de principios, valores y ética para formarnos como seres humanos íntegros.
Luego edificaremos y seremos pragmáticos, desarrollaremos los mejores procesos, aprenderemos las mejores relaciones interpersonales y mantendremos actitud mental positiva.
Por último, el concepto de liderazgo debe de aplicarse prácticamente a nuestro ser para poder influenciar, servir y multiplicar gente que pueda caminar exitosamente.
Administrador de empresas, Licenciatura en Teología, empresario, presidente de Cámara de Comercio de Guatemala filial Quetzaltenango.