Hace aproximadamente un año, por estas mismas fechas, escribí como reflexión en una de mis redes sociales respecto a lo que considero importante sobre la Feria de Xela; y esta vez, tan solo es mi deseo ampliar un poco en cada uno de los enunciados, para que como anfitriones asumamos la responsabilidad que nos corresponde y ojalá, no solo estos días, sino que cada vez vayamos asumiendo aún más el rol que como ciudadanos nos corresponde.
La Feria de Xela es mucho más que fiestas, consumo de alcohol, asistir a conciertos, comer las deliciosas garnachas o churros, ver desfiles o simplemente generar alboroto. La Feria Centroamericana de Independencia, que se celebra desde hace 134 años en nuestra bella ciudad, es también un escenario de historia, cultura, gastronomía, Emprendimiento, y un fuerte motor en la economía de los diversos sectores de nuestra amada Quetzaltenango.
“Vamos a la feria de Xela” es una de las frases que más se escucha durante estos días en varias partes del país, y es que esta singular expresión tiene su razón de ser, debido a que este festejo es, sin duda, uno de los más grandes de Guatemala por la singular agenda y la gran cantidad de actividades que se efectúan, pero, sobre todo, que cada una de estas actividades es considerada un símbolo de la conmemoración de las fiestas de independencia patria.
Muchas marcas, empresas e instituciones le están apostando desde hace tiempo a la Región Occidente del país, confiando en Quetzaltenango como el centro y plataforma para estas operaciones; y la feria es el momento que la mayoría considera ideal para darse a conocer y posicionarse dentro de este nicho de mercado, que cada vez cobra más fuerza. Una fuerte cantidad de comerciantes y empresarios utilizan las instalaciones de Cefemerq para dar a conocer sus productos, así como generar lazos y fortalecer relaciones comerciales, independiente de los trámites engorrosos que esto conlleva y del ya acostumbrado desorden para la asignación de espacios, cobros, etc. este lugar sigue siendo un atractivo comercial.
Por tal razón, es menester que como auetzaltecos, siendo los anfitriones en estas anheladas «Fiestas de Independencia», mostremos nuestra mejor cara y causemos la mejor impresión en todos aquellos que amablemente nos visitan, sea cual sea el motivo. No esperemos a que nadie más lo haga, procuremos que nuestra ciudad brille, sin importar que no hayamos sido nosotros quienes tiramos la basura, nada nos cuesta mantener el frente de nuestra casa, oficina o negocio limpio, con mayor razón, debemos hacerlo si se trata de nuestro espacio, es tan solo por nuestra propia higiene.
Personalmente me da mucha vergüenza cada vez que estoy con alguien de fuera, es terrible evidenciar que ni siquiera nosotros mismos seamos capaces de cuidar nuestra bella ciudad, y no solo con el tema de la basura, que cada vez parece más salirse de control. Seamos también conductores educados, cedamos el paso, aunque los demás no nos lo cedan, es muy triste ver el rostro de cizaña en algunos conductores y cómo se pegan al carro de adelante con tal de no dejar pasar a otros, sin pensar y mucho menos importarles, las necesidades y el derecho que también tienen los demás.
Estoy de acuerdo en que siempre habrá gente que abuse de estas buenas acciones, pero, ¿qué importa?… Dejemos de criticar a quienes nunca aportan y solo estorban, porque de estos siempre habrá, y muchos. Mejor usemos esa energía para marcar nosotros la diferencia, sin esperar ningún reconocimiento, en suma, estos actos irán impactando de forma positiva y juntos lograremos, no solo que quienes nos visitan se enamoren más de Xela, sino lograr la ciudad que tanto anhelamos.
Amo Quetzaltenango, me encanta que cada vez haya más y mejores oportunidades, pero necesitamos rescatarla para que ese crecimiento sea en verdad de impacto; y esto, solo se logrará en manos de quienes no solo decimos quererlo, sino que estamos dispuestos a hacer que suceda.
Mercadóloga especialista en Gestión de Proyectos. Capacitadora, motivadora, estratega y analista empresarial.