De adultos, recuerdan más cómo los trataron que lo que aprendieron.
Las relaciones sociales tienen una fuerte influencia en el rendimiento académico, en la adaptación a la sociedad y el éxito en la vida. Lo que se aprende socialmente, se aplica socialmente. Si los niños en la escuela aprenden la rivalidad, el egoísmo y el aprovechamiento del más débil, de seguro lo repetirán cuando sean adultos. Pero si aprenden a trabajar en equipo, en cooperación, a crecer juntos, de seguro cuando grandes, trabajarán por un mundo mejor para todos.
Es función primordial que los maestros, padres de familia y autoridades, propiciar a diario la armonía social en la escuela. Los conflictos interpersonales, que de seguro se van a presentar, serán tratados de forma correcta, si existen buenas directrices y ojos vigilantes. Así, toda la comunidad educativa aprenderá la sana convivencia, la resolución de conflictos y la confianza en sí mismos ante los retos.
Las relaciones sociales se extienden más allá de la interacción entre iguales, está también la relación entre alumno y maestro, entre autoridades, incluso la relación con el personal de servicios generales. Hasta se deben tomar en cuenta a las personas que venden en los alrededores. Porque educar, no es solo memorizar datos.
Todo estudiante y maestro debe estar consciente que todos somos diferentes, y que esa diferencia es nuestra riqueza. Que cada quien con sus cualidades particulares, puede y debe aportar al crecimiento de los demás. Y que el saber convivir en la diversidad es una buena forma de aprender. Los maestros deben propiciar a diario la integración y cohesión grupal. Sabiendo que cada quien con su forma de ser, siempre tiene algo que aportar y de esa manera, el grupo se complementa.
La principal norma del centro educativo, es el respeto. Pero ¿respeto a qué? al derecho del otro, a sus sentimientos, a sus ideas, a sus errores. Cada niño o niña debe tener certeza, de que está obligado a respetar, y que eso es conveniente. Y que si se sobrepasa, habrá consecuencias indeseadas para él mismo. Para que él de adulto pueda tener una sana urbanidad. ¿Cuántas vidas se hubieran enderezado, si por lo menos un maestro cercano hubiera estado atento a la armonía social cuando eran niños?
Le dejo la siguiente frase de Firestone, para que reflexione: “Solo en la medida en que desarrollamos a otro, tenemos éxito permanente”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo